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¿Que vamos a hacer?

Clémentine observó como una gran explosión tragaba a Aurora y su cuerpo era enviado a volar, golpeando un edificio.

La mente de Clémentine quedo en blanco, como si se hubiera desconectado de la realidad.

Pudo ver como la nube de polvo se elevaba en el lugar en donde Aurora había caído, pero ella no fue la primera en reacción.

Una gran intención asesina que hizo que Clémentine, Érica y Leslie temblaran de miedo fue emanada.

Alice puso una expresión asesina y decenas de brazos negros fueron disparadas al tanque atravesando su gruesa armadura metálica, extendiendo la oscuridad de sus brazos como si deseara devorarlos.

"¡AghhH!"

"¡UGHH!"

"Alice…"

Los gritos resonaron desde adentro, pero en medio de eso la voz de Aurora se escuchó.

"Alice basta." Ordenó Aurora y Alice cuya expresión hizo que Clémentine temblara, se detuvo.

Clémentine, Érica y Leslie estaban congeladas por la fuerte presencia de Alice.

Esa indiferencia de siempre se había convertido en una intención asesina despiadada de alguien que no dudaría en matar a quien se opusiera en su camino.

Aurora suspiró levantándose mientras se sacudía su ropa agitando su cabeza.

"¿Estás bien?" Preguntó Clémentine con preocupación acercándose con rapidez.

Leslie de inmediato sacó unas pociones y elixires de su familia, mientras que Érica empezaba a buscar un pergamino de curación de alta calidad.

Clémentine usando sus habilidades psiónicas comprobó el cuerpo de Aurora para revisar los daños lo mejor que pudo, incluso comprobó su fuerza mental para ver si estaba debilitada.

Sin embargo, Aurora estaba completamente bien.

"Me teletransporte en el aire y no pude crear plataformas para resistir la fuerza de impacto." Consoló Aurora y estirando su cuerpo, murmuró. "También las barreras soportaron todo el impacto."

Sin importarle la mirada del trío, ni Alice que todavía tenía sus lanzas negras atravesando el tanque, Aurora se acercó a la mujer y su hija.

"¿Te encuentras bien?" Preguntó Aurora con una sonrisa tranquila y serena, buscando consolar a la mujer y su hija.

Clémentine recordó la narración que hizo Alexey cuando fue salvado y se dio cuenta de que esa era la sonrisa que él vio antes de desmayarse.

Era la sonrisa de alguien que había pasado por tantas situaciones, que entendía que en este momento de miedo lo mejor era tranquilizarlos.

"Gracias… Gracias… Gracias." Murmuró la mujer una y otra vez mientras abrazaba a su hija.

En una situación como está en donde un tanque había disparado contra ellos que alguien los protegiera arriesgándose a sí mismo, fue demasiado para asimilar y lo único que podía hacer era repetir esas palabras una y otra vez.

"¿Puedes decirme lo que sucedió?" Preguntó Aurora arrodillándose ante ellos buscando calmarla.

"No necesitas preguntar lo sabes." Intervino Alice con una expresión fría y enfadada.

Clémentine se sintió bastante asustada por el tono frío de Alice… Ella era completamente diferente a su actitud normal.

"GAhh…"

Los gemidos de dolor se escucharon desde el interior del tanque que estaba atravesado por las lanzas negras de Alice.

Aurora dio una mirada seria Alice y luego miró a la mujer con una sonrisa, esperando su respuesta.

"Ellos… Ellos… Nos persiguieron… Mi esposo huyo para llamar la atención de otros milicianos, pero… Pero nos encontramos con un tanque… Ellos dispararon cerca… Y luego nos siguieron… Ellos estaban jugando con nosotros." Tartamudeó la mujer con una voz temblorosa y llena de miedo, levantó la cabeza y preguntó. "¿Puedes?"

"Si, solo dime donde está tu esposo me encargaré de revisar el área y ayudarlo." Respondió Aurora de inmediato.

"Al norte… Cerca del hospital de conmemorativo de Nakuru." Murmuró la mujer en voz baja.

Sin embargo, Clémentine pudo ver como abrazaba a su hija con fuerza y podía sentir la falta de esperanza en su voz.

La mujer no esperaba verlo a salvo.

Ira… Esa es la primera emoción que pudo sentir mientras apretaba su puño con fuerza.

Desde que había visto a los heridos en el hospital y escuchado sus historias de cómo fueron heridos, sintió ira.

Leer un informe y escuchar una historia no era igual que vivirlo por sí misma.

Las fuerzas del General Kavuri eran lunáticos… Que merecían morir, tal idea pasó por la mente de Clémentine y llevó a que ella pudiera percibir como las emociones explotaban junto a un oscuro deseo que amenazaba con salir

Su mirada se dirigió inmediatamente al tanque en donde los gemidos siguieron escuchándose.

"¿Liam escuchaste?" Preguntó Aurora usando la red de comunicación.

En respuesta el espacio se distorsionó cuando la Sumo Sacerdotisa Xaali llego tras teletransportarse.

"Vine lo más rápido que pude." Respondió Xaali tras haber empleado magia espacial para moverse junto con unos paladines

Parecía haber tomado solo algunos de los paladines que estaban a su lado.

"Envía a la mujer y su hija de vuelta al campamento. También lleva a Clémentine, Érica y Leslie." Ordenó Aurora con una expresión seria y mirando a Alice, declaró. "Alice no los mates, no quiero ensuciarme las manos de sangre."

"Aurora." Érica fue quien interrumpió con una expresión fría mirando al tanque.

Leslie también tenía mano en la funda de su arma y Clémentine a su vez reveló una mirada solemne y gélida.

No podían dejarlos irse con vida.

¿Y cómo podrían? Esos bastardos estaban jugando con la vida de una madre y su hija, persiguiéndolas en un tanque, disfrutando verlas correr desesperadas.

Era imposible que les permitieran dejarlos con vida.

Había que eliminarlos para que no volvieran a realizar estas horribles acciones… Tal era el pensamiento de Clémentine y por las expresiones de los demás miembros de su grupo, era probable que pensaran lo mismo.

La expresión de Aurora se volvió solemne al darse cuenta de sus intenciones.

"No necesitan ensuciar sus manos de sangre creyendo que matar a uno podrá acabar con todos. Las cosas no son tan simples, es preferible que crucen esa línea cuando sea necesario y hoy no lo es." Dijo Aurora y mirando al tanque, preguntó. "Además, los enviaré al campamento del Señor de Mombasa. ¿Qué creen que les pasara?"

Esa pregunta hizo que el trío se detuviera.

"Es simple. Los colgaran o los fusilaran. Después de todo tienen que demostrar una mano dura contra milicianos atroces como estos." Respondió Aurora a su propia pregunta y con una mirada seria, ordenó. "Ahora obedezcan las órdenes."

******

Aurora observó como Clémentine, Érica y Leslie se iban con expresiones complicadas en su rostro, pero su mente estaba centrada en otra parte.

—No hay informes sobre esta situación en la red del General Kavuri.

Su sistema le informo rápidamente la situación.

"Jefa, he localizado el hospital, pero…" Informó Liam sin terminar sus palabras.

La misma mujer sabía lo que había ocurrido, era por eso que, aunque preguntó con esperanza no tuvo la fuerza para asumir lo ocurrido.

En el tiempo de que había estado huyendo los otros milicianos ya… Aurora apretó sus puños y ocultó cada una de sus emociones.

"Alice, sácalos." Ordenó Aurora con un tono grave.

No estaba mintiendo cuando dijo que entregaría a la tripulación del tanque a las fuerzas del Señor de Mombasa.

Era cierto que no quería ensuciarse sus manos de sangre, pero eso no significaba que fuera ingenua, sobre lo que les ocurría a los prisioneros de guerra en este conflicto entre señores de la guerra.

El Señor de Mombasa tenía sus defectos, sin embargo, era alguien que era muy directo a la hora de encargarse de los criminales de guerra como las fuerzas del General Kavuri.

¿Era hipócrita al dejar que otros hicieran el trabajo?

Tal vez, aun así, Aurora no tenía necesidad de actuar y lo haría cuando fuera necesario, como siempre lo había hecho.

Sin embargo, Alice era muy diferente.

Ella tras dañar el tanque lo suficiente como para que no pueda ser reparado o usado otra vez, con sus brazos negros empezó a sacar a la tripulación lanzándola con una enorme fuerza contra el suelo.

"AGHHh…"

"Ughh…"

"Gahhh…"

Cada vez que golpeaban el suelo sus huesos se quebraban y escupían sangre, agravando sus heridas punzantes que Alice le había ocasionado.

Aurora no detuvo a su amiga.

En este punto, no podía detenerla.

Al igual que ella podía saltar ante el disparo de un tanque para salvar a un desconocido, Alice haría lo que deseara sin que nadie la pudiera detener.

Su indiferencia se extendía a áreas muy extensas y su imagen de una jovencita glotona que no le importaba lo que la rodeaba, era muy diferente cuanto estaba enojada.

"¿Mejor?" Preguntó Aurora al ver que Alice se detuvo al ver a cinco milicianos gravemente heridos, sangrando en el suelo con sus huesos rotos.

Alice devolvió la mirada.

"¿Crees que estoy mejor por dejar vivo a unos idiotas que hirieron a mi amiga?" Preguntó Alice con una expresión seria que muy pocas veces daba.

Aurora esbozó una suave sonrisa que dejaba salir un poco de su cansancio oculto y no respondió.

Ella misma tampoco se podría controlar si algo le sucediera a su amiga, aunque ese caso sería raro, ya que Alice tenía demasiadas fortalezas y muy pocas debilidades.

"Xaali llévalos al campamento de las fuerzas del 'Señor de Mombasa'." Ordenó Aurora y al ver que Xaali la miraba señalando a unos de sus paladinas para que la acompañara, agitó la cabeza y agregó. "Solo revisaremos el área."

"Avísame si necesitas refuerzos." Respondió Xaali asintiendo mientras lanzaba un hechizo de magia espacial, desapareciendo.

Si algo hubiera sucedido cuando se enfrentaba a Aziz, era muy seguro que Xaali llegara con Akira usando magia espacial.

"Vamos." Dijo Aurora empezando a correr en dirección de donde la mujer había señalado, siguiendo los rastros del combate.

En medio de su dirección empezó a elevarse utilizando plataformas que se creaban a sus pies mientras el sistema de sigilo de su traje de combate se activaba.

Alice la siguió empleando un artefacto para volar y ocultarse.

—A doscientos metros zona norte.

Su sistema dio otro informe precisando el lugar en donde se encontraban explosiones recientes.

Aurora se dirigió hacia ese lugar.

Alice ni su sistema o Liam que siempre estaba conectado a su red, mencionó algo sobre su actuación.

Para muchos ella sería imprudente, pero Aurora actuó siguiendo sus capacidades.

Un tanque antiguo sin modificaciones importantes no la podría herir.

Con su traje y sus altas defensas, únicamente un ataque de rango S podría ser lo suficiente para herirla de gravedad o se necesitaría ataques consecutivos con la fuerza de Rango A para causar algunas heridas en su fuerte cuerpo.

Como una antigua espadachín su cuerpo no era muy fuerte, ya que se había centrado en la agilidad, sin embargo, como una luchadora su cuerpo empezó a obtener una resistencia aun mayor cubriendo esa antigua debilidad.

Al final, incluso si ella fuera más débil hubiera actuado de la misma manera.

Cuando llegaron a la zona en donde estaba la batalla, Aurora escudriñó el entorno, buscando descifrar cualquier pista reciente y su expresión cambió al oler un aroma reconocible.

"Viene del edificio del callejón." Informó Alice percibir el mismo olor a sangre.

Aurora inmediatamente se adelantó, siguiendo el olor a pesar de que, en este punto, no podían captar ninguna presencia.

Cuando entraron al callejón, se adentró a un edificio y subió por la escalera, siguiendo el aroma a sangre que cada vez era más alto.

"…"

Al entrar a la habitación en donde el olor de sangre era intenso, ella abrió la puerta encontrando un cadáver fusilado cruelmente.

No, en este punto no era fusilar, lo acribillaron de tal modo que el cuerpo en este momento era irreconocible a tal punto, que cualquiera frunciera el ceño.

El silencio, el cuerpo destrozado y el nauseabundo olor de sangre provocó que Aurora apretara sus puños y luego de un momento, soltó su agarre, liberando un agotado suspiro.

"¿Qué vamos a hacer?" Preguntó Alice con una voz suave a su lado.

¿Qué hacer?

Le había mencionado a Leslie que estaban aquí para escoltar refugiados y no intervenir en la guerra… Le había hablado de momentos para actuar y para cuando abstenerse.

Sin embargo, esta vez agitó su cabeza.

"Vamos. No seré 'yo' quien intervenga hoy." Dijo Aurora con calma.

"Entiendo." Murmuró Alice conociendo perfectamente a su amiga.

Percibiendo la silenciosa furia oculta en la respuesta.

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