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Capitulo 28: Buscar la muerte (parte 2)

Al sentir ese escalofrío recorrer todo su cuerpo, George soltó la daga que cayó al suelo con un ruido sordo que se escuchó en la silenciosa habitación, era tan silencioso que se habría escuchado la caída de un alfiler con total claridad.

Adelaida lo miró con desprecio, sonrió crispadamente de manera que sus afilados dientes quedaron a la vista del hombre que temblaba en su lugar con una postura rígida, luego se lamió la comisura de los labios como si estuviera viendo a su presa.

- Adela, lo estás asustando, deja de hacer eso - dijo Caitlyn mientras se acercaba y tomaba la daga del suelo para verla detenidamente.

- Los humanos son tan frágiles, les muestras una garra y el color abandona su cara al instante - respondió Adelaida mientras volvía a su forma humana, retrayendo sus garras y acortando su cabello, lo que demoró más tiempo en volver a la normalidad fueron sus dientes que todavía después de unos minutos se veían afilados.

- Mañana es luna llena, deja que se divierta Caitlyn - dijo Marc mientras ataba las manos del hombre con una soga gruesa y poco lisa.

- ¿Qué encontraste, Caitlyn? - preguntó Ashley mientras miraba al hombre con desprecio.

- Clan Wingedelf, Imperio Luna Roja, fue comprada por tres brujas del clan Firesiren, al parecer hermanas, las tres brujas negras con contacto con el infierno y con los imitadores, están bajo órdenes de alguien pero eso no puedo saberlo con sólo está daga - respondió Caitlyn mientras lanzaba la daga a las manos de Adelaida.

- Mandrágora maldita - dijo Adelaida mirando de cerca la daga.

- ¿Qué tipo de maldición? - repuso Marc apretando fuertemente las cuerdas haciendo que el hombre gimiera de dolor.

- La maldición de la plaga de fuego iracundo - respondió Adelaida cuando lanzó la daga al suelo y sus ojos lanzaron un rayo de luz que incendio la hoja de la daga.

Todos los presentes miraron a la muchacha con una mezcla de temor y admiración, no se atrevían a moverse de sus lugares.

- ¿Puedo ayudar? - de repente un hombre se acercó a la escena, era alto y con un cuerpo bien proporcionado, su cabello negro con las puntas rojo sangre, sus ojos rojo y sus pupilas un poco alargadas, la verdad su presencia asustaba tanto como la de Adelaida.

- Anthony... - Adelaida no giró su mirada, ya sabía que este hombre estaba presente desde el inicio de la fiesta.

- Señorita Adelaida, tanto tiempo - respondió Anthony con una sonrisa tensa.

- ¡Anthony! - Ashley sonrió dulcemente ante la presencia de él, lo que resultó más impactante para la multitud fue que él le respondió igualmente con una sonrisa cariñosa.

- ¿Qué hago con nuestro estimado visitante? - preguntó Marc mientras torcía la muñeca del hombre con algo de agrado en su rostro, George grito de dolor.

- Llévalo con Anthony a... la mazmorra - respondió Adelaida con una sonrisa de lado. Nadie más que ellos sabían en donde quedaba la mazmorra, era un lugar en el que un humano enfermaria de hipotermia y en el que probablemente perdería la cabeza ya que los demonios de Anthony paseaban por las celdas ocupadas para torturar a los prisioneros hasta la muerte para después comer de sus cadáveres, era una forma cruel pero eficaz de alejar a los busca problemas.

- Será un honor ayudar a la Señorita en esta singular tarea - respondió Anthony con una sonrisa crispada, George podría haber creído que era producto de su imaginación pero por un momento se juro a sí mismo haber visto un rastro de sangre en la comisura de los labios de aquel hombre y cuando volvió la mirada hacia la esquina opuesta de la habitación vio una figura encapuchada de negro que le saludaba con una mano huesuda, al ver esto George Clooney palideció y empezó a tiritar de miedo.

Adelaida vió la aterradora figura en la esquina de la habitación, resopló furiosamente antes de mirar con los ojos rasgados a Anthony:

- Alejalo de aquí si no quieres que lo envíe al infierno junto con los otros.

- Relájate pequeña, no se acercarán a ti - respondió Anthony mientras miraba en la misma dirección en que miraba Adelaida. Aunque suene extraño, al escuchar ese apodo la cara de Edward se oscureció a tal punto que sus dientes se afiliaron como los de Adelaida hace unos momentos, sus ojos se volvieron negros y su cabello pareció empezar a crecer levemente.

- No me llames así, tú y yo no somos nada, ten en cuenta que si no le agradaras a Ashley ya te habría roto la mandíbula - Adelaida miró al demonio disfrazado con ojos rasgados.

- Que carácter, me compadezco del hombre que este destinado a estar a tu lado por el resto de su vida.

Ante la afirmación de Anthony, Adelaida miró inconscientemente a Edward, sus miradas se encontraron y sus rostros inmediatamente se relajaron, algo que por supuesto no paso desapercibido para Anthony que sonrió como si hubiera encontrado un tesoro.

- ¡Ahhh! - George otra vez grito de dolor cuando Marc lo halo de sus brazos atados para hacerlo caminar, su rostro normalmente tranquilo ahora estaba pintado de desprecio.

- No lo hagan perder la cabeza, hace falta un profundo interrogatorio - ordenó Adelaida al ver el frágil estado del hombre.

- Como digas - Anthony empezó a caminar detrás de Marc, también halo fuertemente al hombre atado quién volvió a gritar aún más fuerte esta vez.

- Te esperamos en la mazmorra... cuando estés lista para interrogarlo - dijo Caitlyn mientras se iba detrás de su hermano y Anthony con Ashley a su lado.

Adelaida asintió y se volvió hacia las cenizas de la daga envenenada, las esparció con el pie izquierdo y al instante estás desaparecieron, luego se giró hacia la multitud y volvió a su actitud elegante de siempre mientras decía:

- Nos encargaremos de este asunto, les puedo asegurar que está tentativa de asesinato no quedará impune, si se le haya culpable de alianza con las brujas negras no volverá a ver la luz del sol, todo está en orden ahora.

Después de terminar sus palabras, Adelaida se dio la vuelta y caminó hacia la puerta pero antes de salir se giró y le hizo una señal a Edward con la cabeza, él asintió y la siguió a grandes zancadas dejando a la multitud con la boca abierta.

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