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Difícil despedida 1

Anna subió al coche, no quería hacer esperar mas a Ryo, pensó que él ya se habia calmado, después de todo el incidente de la mañana, pero sus ojos le dijeron que aun seguía molesto.

-Cuando quieras nos podemos ir....

Ryo la miró, con el pelo húmedo, sin maquillaje, su ropa cómoda, le hacia parecer mas joven y mas hermosa incluso... Aquella mujer tenía el poder de volverlo loco, y no lo sabía...

-¿Cómo vas de tiempo?

- Todavía quedan como cuatro horas antes de la salida de mi vuelo, pero déjame en el aeropuerto y después vete a ocuparte de tus asuntos que ya hoy te he robado demasiado tiempo. Y te queria pedir perdon por meterte en ese problema y muchísimas gracias por buscarle un lugar para quedarse a Xiao, en lo que vuelva me ocuparé de devolverte lo que haya gastado, te debo un favor demasiado grande Ryo.

Él no quería su agradecimiento, estaba mas que feliz de haberla ayudado, pero si pudiera pedirle le diría que no se fuera, que se quedara con él.

-Te importa que pasemos por mi casa antes de ir al aeropuerto.

-Por supuesto que no, faltaría más.

A pesar de su tono despreocupado, ir a la casa de Ryo la puso nerviosa, eso era demasiado íntimo, sabía que el guardaba celosamente donde vivía, era todo un honor que la llevará a ella o incluso que le dejara saber donde vivía, también era una presión en si misma ese conocimiento.

Pasaron unos 15 minutos hasta que llegaron a una casa, parecida a la mansión de aquella noche, cerca del lago, aquel lugar era hermoso y tranquilo, a las afueras de la cuidad, era una vivienda familiar, de estética europea, le recordaba a las casa victoriana inglesas, con un pequeño jardín delantero, y desde luego parecía que también tendría un jardín trasero, a simple vista era una casa preciosa.

- Bajate y entra, tardaré un poco, te invitó a un té.

- Claro.- Realmente no quería entrar en aquella casa, era casi como entrar en la guarida de un oso, ese era su espacio, y ella sentía que estaba invadiendo.

Fue el propio Ryo quien abrió la puerta, aquello sorprendió mucho a Anna, normalmente siempre había aunque fuera una ama de llaves, en cualquier casa que tuviera algún estatus, pero ahí estaba él, abriendo la puerta de su casa, como si en vez de ser el director general de la corporación Lee fue un contable, un médico o un abogado cualquiera.

- Pasa, aquí no hay nadie, no tengo servicio contratado, cuando necesito que venga alguien, contacto con la casa principal, pero me gusta vivir en mi espacio sin tener gente pululando por la casa.

" Precisamente lo que me da más miedo es que no haya nadie" aquel pensamiento quedó ahogado en la mente de Anna quien sonrió y entró en aquella hermosa casa.

La decoración era muy sencilla, la sala era cómoda y daba una sensación de calidez difícil de conseguir, ella podía imaginarse a Ryo leyendo en aquella sala, o oyendo música, incluso viendo la televisión.

Mientras ella observaba el salón Ryo desapareció por un pasillo y nos minutos después traía un té, que le sirvió, todo perfectamente presentado en una bandeja, aquel hombre tenía la capacidad de sorprenderla con lo que era capaz de hacer.

- Si me disculpas, vuelvo en un rato, si tardo demasiado, por aquella puerta esta la biblioteca, y los periódicos están sobre una mesa.

Ella solo asintió , mientras lo vio irse por un pasillo, pudo oírlo subir una escalera, no es que sus pasos resonaran demasiado, solo que ella estaba demasiado en alerta, como para que aquello le pasara desapercibido.

Cuando finalmente estuvo sola, recuperó el aliento, aquello era demasiado raro, ella que hacía en aquella casa, en aquella sala. " Debí decirle que no, que yo me las arreglaría para ir al aeropuerto, como se había metido en su casa, encima que él la había ayudado tanto hoy, estaba causándole problemas" Anna no podía parar de regañarse a si misma, si se iba en ese momento, iba a ser descortés, y no solo eso, como explicaba la dirección en caso de conseguir un taxi, como se había metido en ese lió.

Se centró en respirar hondo, y volver a recuperarse, ella era una mujer fuerte, no podía dejar que su corazón volara al espacio, solo por estar en la casa de alguien, por mucho que aquella casa fuese la de Ryo.

Se levantó y caminó hacia la ventana, como había imaginado la vista de aquella casa tenía que ser maravillosa, y lo era, la vista del lago era maravillosa, entendía porque él había elegido aquella casa, era un lugar donde tener paz y convertirlo en un hogar....

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