El dueño de la tienda estaba custodiado por cuatro miembros del personal mientras estaba de pie en el mostrador. Su respuesta a Tang Xiu fue como si hubiera respondido la misma pregunta muchas veces, mostrando resolución y decisión.
Tang Xiu pensó por un momento mientras asentía: —Lo llevaré. Dame tu cuenta bancaria y transferiré el dinero en unos minutos.
El dueño de la tienda lo miró con desdén cuando habló: —Hermano pequeño, no es necesario que te jactes casualmente. El precio es de 100 millones y nomil.
—Que pueda pagar el precio o no, es mi problema. Solo tiene que decirme su cuenta bancaria. Si en los próximos minutos el dinero se transfirió a su cuenta, entonces nuestro trato concluirá, es suyo y me da este Lotus de Nieve Tianshan. Si el dinero no está allí, eso significa que no tengo para pagarte. Además, no tienes nada que perder— Dijo Tang Xiu
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