Con el aviso de Cascanueces todos los ratones se movilizaron para completar la misión lo más rápido posible, los ratones que estaban en la habitación de Velasco.
Comenzaron a avanzar hacia su cama, sin muchos problemas subieron por las patas de la cama hacia su objetivo Velasco quien seguía durmiendo tranquilamente manteniéndose inconsciente del peligro que corría. El primer ratón en llegar fue cascanueces quien se paró encima del pecho de Velasco, los demás ratones que llegaron después se quedaron arriba del colchón sin tocarlo.
<Cascanueces> hi hi hi hi.
Con la orden de cascanueces el grupo de ratones que tenían el cianuro se acercaron a la cabeza de Velasco, abrieron su boca cuidadosamente y comenzaron a echar el cianuro por su boca haciendo que se lo trague, claramente le dieron más de la dosis necesaria para matarlo. Luego de tragarse el cianuro, velasco comenzó a toser fuertemente, lo que hizo que se despertara, al darse cuenta de esto las ratas comenzaron a esconderse en la habitación.
<Velasco> Cof Cof
Después de toser por un rato Velasco se levanto y camino hacia el baño mientras se sujetaba el pecho, cuando llegó todo le daba vueltas y le costaba mucho respirar, dándose cuenta que su situación no era buena comenzado a llamar a sus sirviente.
<Velasco> Vilgrem... Vilgrem ven aquí.
Lamentablemente para él su débil voz no llegó a nadie, poco a poco Velasco comenzó a debilitarse cada vez más hasta que ya no pudo mantenerse en pie, recostado en el piso con lágrimas en sus ojos mientras decía sus últimas palabras.
<Velasco> Ayuda por favor... alguien ayudeme.
Esas fueron las últimas frase de un hombre despreciable, después de haber arruinado varias vidas, terminó su vida de la misma manera que sus víctimas pidiendo clemencia y los únicos que las atestiguan estas acciones fueron las ratas, sin duda fue un final adecuado para el. Pero todo en el mundo tiene una razón, incluso la forma de vida de este hombre.
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Mientras Velasco moría, en la habitación del mayordomo el resto de las ratas estaba en un problema. Durante su misión el mayordomo se había percatado de ellos, cuando estaban a punto de verter la botella de líquido rojo y lo que "contenía" en la boca del Vilgrem éste se despertó antes de que la rata terminaran el trabajo.
Con un rápido movimiento apartó bruscamente a la rata con su mano izquierda y mientras se levantaba rápidamente, sacó una daga larga de su almohada alavés que tomaba una postura para combatir.
<Vilgrem> Mandar a animales mugrientos para matarme, que insulto mas grande.
La habitación se llenó de tensión, ambos bandos se mantenían observando al otro esperando una oportunidad para atacar el menor descuido podría ser desastroso.
Por un lado las ratas que tienen la ventaja de los números, el tamaño y velocidad pero aun así con esas ventajas Vilgrem los superba en habilidades y experiencia.
Según la información que recibieron de su maestro este hombre era un mercenario a sueldo que había vivido en la infamia, cuando estaba en su mejor momento recibió una grave herida por parte de uno de sus enemigos, que lo obligó a desaparecer para evitar ser asesinado por las personas que buscaban venganza.
Sin duda no era alguien con el que pudieran ganar fácilmente, aunque sea un hombre mayor y debilitado seguía siendo alguien que había vivido al filo de la navaja toda su vida.