Viendo a Xiao Yan asentir, Hai Bodong finalmente suspiró de alivio. La sonrisa en su viejo rostro se volvió un poco más amplia.
—Dame la fórmula medicinal… Oh, sí, conoces la regla cuando se contrata a un alquimista para refinar medicina, ¿cierto? —Xiao Yan le sonrió a Hai Bodong—. ¡Prepara los ingredientes tú mismo!
Hai Bodong asintió con una sonrisa amarga. Él naturalmente conocía la regla, pero sin embargo, su palma agarró las hebras de cabello que podían ser contadas como barba mientras decía con algo de vergüenza.
—Ya he reunido la mayoría de los ingredientes medicinales requeridos por la formula medicina. Sin embargo, me sigue faltando uno de ellos.
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