"Aleksy", "Uriel", "Félix" y el "ángel de la luz" aparecieron uno tras otro alrededor de "San Iván". Habían llegado antes que Douglas, Fernando y los otros hechiceros legendarios, pero jamás entraron.
—Belkovsky, ¿qué vamos a hacer? —Aleksey llamó a "San Iván" con el nombre de Belkovsky, el actual pontífice en el norte. Hablaba como si fuera igual al chico.
La ceja dorada de "Saint Iván" estaba fruncida y sus ojos azules, que tenían cierto color amarillento, observaron cuidadosamente la senda gris detrás del Crematorio de las Almas. Dijo.
—Sospecho que el monstruo todavía sigue dentro. Además, sin el patrón de coordenadas cambiantes que dejaron Maskelyne y Viken, no sabemos a dónde ir y dónde encontrarlos. Solo podemos probar suerte.
Estaba asustado hasta cierto punto, como si hubiera encontrado ciertas cosas cuando exploró la entrada en el pasado. No se atrevía a correr el riesgo aunque pudiera llevar a cabo la Gracia de Dios.
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