Gruesas nubes oscuras bloquearon el cielo. Las calles estaban envueltas en la oscuridad al anochecer. Muchos corrían a casa. Independientemente del tiempo o la era, salvo para algunas personas, mojarse por la lluvia no se consideraba una experiencia agradable. Era el caso sobre todo en zonas donde los tratamientos médicos estaban ausentes o faltaban, ya que resfriarse a menudo podría significar la muerte.
Todos los transeúntes llevaban ropa de lino de un color gris similar, ausentes de colores variados o estilos. Solo los soldados de patrulla ocasionales destacaban entre la multitud. El peto de bronce y las espinilleras junto con las espadas y lanzas negras como el hierro les dotaban con un aire de dureza.
Con todo su cuerpo envuelto en una túnica de lino, Lucien siguió por detrás a un hombre de mediana edad cuyo ritmo cambiaba con frecuencia. El hombre enlazaba entre callejones y carreteras principales, como cualquier otro transeúnte ordinario.
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