Ser profesor

A pesar de que ya era invierno y el viento helado soplaba en el exterior, el jardín de Lucien aún era cálido y acogedor, con muchas flores floreciendo que difundían un aroma dulce.

Con las manos en los bolsillos de su traje, Lucien no empezó a preguntar a los estudiantes sobre sus estudios de inmediato. En su lugar, preguntó sobre su proceso de ascenso.

—He oído de Lazar que todos estáis muy seguros de convertiros en verdaderos hechiceros pronto, y quizás unos meses más tarde, podrán hacerlo con la ayuda de poción mágica, Luna de Plata... ¿Es eso cierto?

Annick, Heidi, Layria y Katrina intercambiaron una mirada entre ellos, sin tener ni idea de si la verdadera intención de su maestro era elogiar su rápido avance o criticar su arrogancia. Se pusieron un poco nerviosos y no respondieron.

No obstante, Sprint, el aprendiz que siempre era el más seguro entre todos, asintió con confianza.