Yin Shaojie la miró antes de tomar obedientemente el tazón de avena y comerlo lentamente.
Mu Xiaoxiao asintió satisfactoriamente mientras lo supervisaba con los brazos cruzados.
Después de terminar la avena, ella le ofreció la medicina.
—Toma tu medicina —dijo ella.
Yin Shaojie miró fijamente la medicina en sus manos y frunció el ceño profundamente. —Está bien si no tomo la medicina, ¿verdad? Mi fiebre ya está bajando.
Mu Xiaoxiao vio su expresión y un pensamiento saltó a su cabeza. Ella exclamó: —¿Será que tienes miedo de tomar medicinas?
Yin Shaojie la miró y le respondió: —¿Hay alguien a quien le guste tomar medicinas?
Mu Xiaoxiao frunció los labios y casi se rio a carcajadas.
¡Así que resultó que éste tipo tenía miedo de tomar la medicina!
Yin Shaojie miró su expresión y supo por qué intentaba no reírse. Infeliz, declaró solemnemente: —¡No tengo miedo de tomar medicinas! ¡No me gusta tomar medicinas!
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