—No, no te mandé ningún vestido —dijo William, frunciendo el ceño—. Pretendía acompañarte a escoger un vestido después de que regresara de la reunión ¿Quién te lo envió?
Cuando dijo eso, su mirada se movió hacia Yin Shaojie.
—No fui yo —abrió sus manos y dijo—. No sé en qué habitación se queda.
También le había costado mucho encontrarla.
Si hubiera sabido antes en qué habitación se estaba quedando, la habría atrapado ahí. Y como había una cama en la habitación, podría...
Era una idea agradable. Los ojos de Yin Shaojie demostraban una profunda entretención, como si se le hubiera ocurrido una gran idea.
Como también era un chico, William vio la sonrisa en su cara y pensó que no debía estar planeando nada bueno.
Pero creía en lo que había dicho.
Pasó un momento pensándolo y miró fijamente a Betty a un lado. Con su penetrante mirada, ella de pronto se puso nerviosa y la respuesta estaba escrita en su cara.
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