Amy le sonrió y habló: —Bien, Suya se enteró de que venía, así que me pidió que te trajera el regalo. ¿Lo has visto?
—Sí, ya lo hice, Gracias —respondió Gu Jingming manteniendo su sonrisa formal. Ella no podía descifrar lo que él estaba pensando.
Amy no sabía si se acordaba de ella, sólo podía suspirar para sí. Un presidente era algo especial. Escondía sus pensamientos tan profundamente que eran impenetrables.
En ese momento, Linda se acercó y le sonrió educadamente a Amy. Le susurró a Gu Jingming: —La señora va a descansar.
—De acuerdo.
Asintió a Amy y se fue.
¿Señora? ¿La Sra. Presidenta?
Amy empezó a sospechar. ¿Sabía Yu Minmin que ella estaba aquí, y por eso llamó a Gu Jingming a propósito en ese momento? ¿Estaba impidiendo que Gu Jingming se acercara a otras mujeres?
Esa noche, Gu Jingming no molestó a Yu Minmin.
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