La misma Yang Lingxin no creía que presenciaría una escena así cuando entró.
Pero eran una pareja casada. Era normal que tales cosas sucedieran.
Aun así, habían estado juntos por tanto tiempo. GuJingze aún podía estar de humor para ver una película con Lin Che, e incluso ser tan íntimo con ella. Era realmente difícil imaginar que su relación fuera tan buena ahora.
Además, sus posiciones anteriores habían sido realmente muy sugerentes.
Yang Lingxin no pudo evitar pensar, ¿y si la persona sentada en GuJingze fuera ella misma...?
Ella estaría tan emocionada.
Su pasión hacia GuJingze nunca cesaría sin importar cuánto tiempo pasara. Ella nunca se cansaría de mirar esa cara y esa figura de él porque era tan sexy.
Yang Lingxin le dijo a Lin Che: —Lo siento, hermana Che. ¿Me metí en algo?
Ella se había entrometido en algo...
Pero, pensó Lin Che, ella acababa de mudarse y no conocía las reglas aquí.
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