¿Te estás recuperando de la frigidez?

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Ou Ming mantuvo a Yu Lili cerca toda la noche.

A Yu Lili le dolía todo el cuerpo porque el sofá era demasiado pequeño para acomodarlos a ambos. Ou Ming la había sostenido toda la noche sin soltarla, por lo que no se atrevió a moverse. Se habían quedado en la misma posición toda la noche, y sus cuerpos estaban rígidos. Ou Ming se despertó en la oscuridad con un fuerte dolor de cabeza y miró a la mujer en sus brazos. Ella todavía llevaba puesta su ropa de trabajo.

Yu Lili se despertó cuando Ou Ming se agitó. Le gustaba la sensación de abrazar a Yu Lili así, por lo que no la soltó. La abrazó más cerca y le preguntó: — ¿Cómo volví anoche?

Yu Lili no sabía si reír o enojarse. Ella le dio un codazo en el estómago cuando dijo: — ¿Cómo te atreves a tener la audacia de decir eso?

Ella se rió y contó lo que había pasado ayer, pero Ou Ming realmente no estaba escuchando.