Con una expresión de ternura en su rostro, Li Sicheng dijo adiós y colgó. Vio dos llamadas perdidas y un mensaje de texto en su teléfono. Eran todas de Tang Mengying.
"¿Podemos hablar?".
Li Sicheng simplemente la ignoró, dejó su teléfono a un lado y continuó con su trabajo.
La herida de Lu Yihan no era mortal, pero tampoco podía tomarse a la ligera. Tras la cirugía, Lu Yihan se desmayó. Su Qianci no veía posible dejarlo solo, ya que ella había sido la razón por la cual estaba herido. Sin embargo, tampoco era sabio por su parte quedarse toda la noche a solas con él, ya que estaba casada. Después de rebuscar un poco, Su Qianci encontró el teléfono móvil de Lu Yihan.
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