Ese Hombre Bestia era el joven genio de la Tribu del Fuego Descongelado, Yass. Dirigió a su ejército a la destrucción en la batalla de hace varios días y fue capturado vivo, prisionero de Lin Yun.
Yass ya no tenía su anterior porte de gracia. Estaba lleno de cicatrices, y su aura era muy débil. Cualquier Alto Mago sería capaz de ocuparse de él.
—¡Mmm!
Mientras Yass maldecía en voz baja, una Llamarada salió volando con una larga estela de fuego y explotó delante de él. El entorno se volvió silencioso mientras Yass era enviado volando antes de aterrizar pesadamente en el suelo, debilitándose aún más. Sin embargo, los Hombres Bestia Llameantes tenían una resistencia innata a la magia de fuego, por lo que Yass apenas podía soportar la Llamarada de Lin Yun.
—Espero que puedas responder sinceramente a mi pregunta —dijo Lin Yun sin expresión mientras miraba a Yass que estaba en el suelo, con unas cuantas brasas todavía parpadeando en su pecho.
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