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Capítulo 38. El castellano de Jarrosus

Editor: Nyoi-Bo Studio

Las conmovedoras palabras de Kevin fueron como una roca que cayendo en el lago y causando una gran conmoción en la entrada.

Desde la batalla entre Gerian y el viejo Merlín, casi todos en la ciudad de Jarrosus sabía que había un maestro de pociones llamado Felic en el Gremio de la Magia. Pero, saberlono lo era todo. El Gremio de la Magia nunca había admitido, ni anunciado públicamente, que tuviera un maestro de pociones.

Hasta ahora, cuando Kevin lo admitió personalmente.

Aunque las personas presentes ya sabían algo, no pudieron ocultar su sorpresa al escuchar a Kevin admitirlo. ¿Cuál era el concepto de un maestro de pociones? Era alguien que estaba fuera de lo común. Unas cuantas botellas pequeñas de pociones serían suficientes para hacer que aumentara el poder y que una gran familia se desmoronase en un instante.

Un personaje que solo existía en rumores se había convertidofinalmenteen un hecho gracias a las palabras de Kevin y, de repente, todo en el salón del Gremio se convirtió en un pandemonio. Todos susurraban y miraban a su alrededor. En ese momento de agitación, nadie podía fijarse en otra cosa en la sala del Gremio.

La escena estaba fuera de control, pero Kevin no se alarmó lo más mínimo. Simplemente, miró con una sonrisa en su rostro y esperó pacientemente a que se callaran.

Al mismo tiempo, Gerian estaba teniendo la conversación más agradable posible conIsaac el castellano.

Sin estar muy lejos de los dos hombres, los líderes de varias fuerzas miraban a su alrededor, tratando de unirse y de formar una amistad con Gerian.

El Gremio de la Magia ese día no era el mismo que al principio. Antes de que Lin Li se uniera, ¿quién estaba dispuesto a tener algún trato con el Gremio de la Magia? No tenían dinero ni talento. Tenían el título de la fuerza número uno de Jarrosus, pero llevaban una vida más pobre que la de ninguno. Sin mencionar las once familias de magos, la gente de las seis fuerzas subterráneas e incluso las fuerzas más débiles, es probable que tampoco estuvieran interesados en tener tratos con el Gremio de la Magia.

Pero,como el maestro de pociones se habían dado a conocer, el Gremio de laMagia se transformó de un faisán aun fénix. El Gremio se convirtió en la fuerza más buscada de Jarrosus en un instante. ¿Quién no querría acompañar a Gerian en este momento? ¡Él era el que salía con el maestro de pociones! ¡Si pudieran compensar su relación con este viejo, por no mencionar otras cosas, solo la subasta valdría al menos cien mil monedas de oro, las cuales serían perfectas para sus menesteres!

Además, era un maestro de pociones. Era imposible que tuviera solo unas pocas botellas de poción mágica arcana. Mientras fueran amigos de Gerian, tendrían suministro constante de pociones...

Pensando en el pasado, el Gremio de la Magia ya se había fundado, pero,tras los acuerdosrealizados durante las Edades Oscuras, solo se podía obtener un lote de pociones del Gremio de Farmacéuticos por año. Esto hizo que el Gremio se posicionara como la fuerza número uno de Jarrosus.

Si hubiera un suministro constante de pociones, ¿quién más podría competir contra ellos en toda la ciudad de Jarrosus?

Era una pena que Gerian tuviera sus ojos puestos en cosas más grandes.

Los líderes de varias fuerzas se encogieron en unrincón. Querían acercarse, pero fueron detenidos por los dos ayudantes del castellano y solo pudieron acudir a Gerian en busca de ayuda con sus ojos piadosos.

Pero Gerian no tenía tiempo para preocuparse de si estaban vivos o muertos. Los líderes permanecieron allí por mucho tiempo, pero Gerian ni siquiera parpadeó. Estaba ocupado teniendo una conversación con el castellano. Tenía el corazón en un puño.

—Isaac, desde que me llamaste tío Gerian,no puedo ser tan mezquino. Son solo unas pocas botellas de poción mágica arcana. Si las necesitas, dímelo. Puede que no tenga muchas habilidades, pero todavía puedo hacer una llamada para solucionar un asunto tan insignificante.

Isaac se encontró escuchando la interminable conversación de Gerian, la cual era tan divertida como ridícula.

Vagamente, mencionó que su padre había conocido a Gerian cuando este último todavía era un mago joven. Para su sorpresa, el viejo elevó su relación a otro nivel con un giro de ojos: se convirtieron en viejos amigos de la familia e incluso afirmó ser el tíoGerian...

Esto... Cumplía casi cincuenta años este año y Gerian no tenía más de sesenta años. ¿Podía sersu tío más joven que él?

Isaac había ocupado el cargo de castellano durante una década y no era un personaje ordinario. Jarrosus era un lugar donde todas las fuerzas principales estaban enredadas en la guerra y el caos. Habría sido devorado vivo si no hubiera tenido medios para enfrentarse a ellos.

Aunque se sintió algo incómodo y molesto, no mostró signos de ello en su rostro. Simplemente aprovechó la oportunidad y reconoció a Gerian como su tío.

En cualquier caso, no era tan malo reconocer a Gerian como un tío dada su posición actual...

—El tío Gerian debe estar bromeando. No deseo la poción mágica arcana. Hoy he venido al Gremio de la Magia para ver al legendario maestro de pociones. —Isaac era algo así como un genio. Había sacado de la nada a un tío por conveniencia, pero se dirigió a él como si Gerian fuera realmente un viejo amigo de la familia...

—¡Eso no servirá! No ha sido fácil para ti venir al Gremio de la Magia. ¿Cómo puedo yo, tu tío, dejarte regresar con las manos vacías?—Gerian se alegró mucho al escuchar que no tenía la intención de competir por la poción mágica arcana, pero no lo mostró en su rostro.Quería hacerle un regalo en su primer encuentro, sin importar el qué. Parecía un anciano encantado con sus nietos.

Después de una ronda de rechazo porambos lados, Isaac no pudo ganarse a Gerian al final, pero acabó con una botella de poción mágica arcanaen su mano.

Gerian se alejó con alegría, dejando al castellanoallí sentado, sin saber si reír o llorar ante la situación.

Después de un ratolargo, el mago principal de la mansión castellana se acercó y le habló en un susurro.

—¿No puedes encontrarla?—Cuando Isaac levantó la cabeza, su rostro no mostraba vergüenza en absoluto. En su lugar, su expresión era seria y digna. —¿Quieres decir que no puedes encontrar a la persona?

—Sí, maestro castellano. He intentado usar la misma manera de buscarlo que el Sr. Grimm, pero no he podido encontrar a la persona.

—¿Puede ser que el señor Grimm lo haya adivinado mal?—El rostro del castellano era serio. Sus ojos barrieron todos los rostros delaentrada. Una vez más, bajó la voz y le preguntó al mago de la túnica negra:

—¿Crees que es posible que esta persona no pertenezca al Gremio de Farmacéuticos?

—No creo que sea posible. Aparte del Gremio de Farmacéuticos, ¿quién más sabe inventar la poción mágica arcana?

—¿No hay otras posibilidades?—Isaac masajeaba sus sienes. Una expresión de dolor parecía cruzar su rostro.

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