Ella sentía que estaba soñando, y quizá lo estaba; el Señor Alejandro no se habría comportado de esa forma, menos aún la besaría. Él demostró que se equivocaba cuando sintió que su dedo tocaba su cuello, y ella abrió los ojos para ver los de él mirándola con intensidad.
Con una sonrisa amable, el Señor Alejandro le dio espacio y se dirigió a su velador.
Con su corazón aun palpitando con fuerza por el beso y sin saber qué hacer, Cati se levantó incomoda de la cama.
En un comienzo, cuando la tocó con sus labios, ella pensó que él la había confundido con Lady Carolina, pero no parecía ser el caso. Él le robo su primer beso íntimo. ¿Por qué la beso el Señor Alejandro?
Distinto a lo que había sido hace un momento en la cama, Cati sintió que el Señor Alejandro había vuelto a su usual estado, compuesto y calmado.
―Esto llegó al medio día para ti ―le escuchó decir al Señor Alejandro, quien sostenía un sobre en su mano―. Es de Anabella Bingley.
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