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Capitulo 264: La Flor del Desierto (3) (+18)

"No pensé que fueras así de osada, Pakura-san" - dijo Kurama mientras veía como la mujer de cabello verde estaba sobre él y lo estaba mirando a los ojos.

"Llevo más de 25 años de deseos reprimidos" - respondió Pakura con una sensual sonrisa. Luego de experimentar todos estos días la relación romántica que siempre soñó, ya no pudo resistirlo por más tiempo y había llegado a la decisión de dar el siguiente paso a pesar de lo apresurado que parecía - "Ahora la pregunta es... ¿Vas a acompañarme?"

"Por supuesto" - respondió Kurama mientras tomaba a la mujer de la cintura.

La pareja en estos momentos estaban solos en la embajada del clan Uzumaki, observándose detenidamente mientras la ropa desaparecía lentamente.

"No pierdes el tiempo..." - dijo Pakura mientras veía como el joven pelirrojo estaba listo para comenzar - "Pero parece que te duele... déjame ayudarte"

Pakura lentamente se acercó a la masculinidad de Kurama, y lentamente se puso de rodillas.

"No tienes que hacer este tipo de cosas" - respondió Kurama, solo para sentir el calor del interior de la boca de la mujer - "!"

"Es primera vez que hago algo como esto, pero creo saber que es lo que tengo que hacer" - respondió Pakura mientras empezaba a mover la cabeza de arriba a abajo.

"¡Oh!" - Kurama soltó un gemido de placer al sentir como la lengua de la mujer rodeaba su eje, solo para sentir como su sangre empezaba a hervir con cada segundo que pasaba.

"¿Cómo lo estoy haciendo?" - preguntó Pakura luego de soltar por unos segundos la masculinidad del chico.

"Bastante bien para ser tu primera vez" - respondió Kurama mientras miraba a la mujer - "Pero no debería ser el único que tendría que estar disfrutando esto"

Kurama rápidamente tomó a la mujer de la cintura y la llevó hacia su habitación, solo para recostarla en la cama.

". . ." - Pakura desvió la mirada por la vergüenza que sentía, solo para cubrir sus para nada pequeños pechos, así como su vagina.

"No te escondas, Pakura" - dijo Kurama mientras miraba a la mujer detenidamente a sus ojos marrones - "Déjame ver cada centímetro de tu cuerpo"

". . ." - Pakura le dio una mirada discreta, solo para asentir con debilidad. Ella lentamente quitó la última barrera que cubría sus puntos sensibles, solo para notar como el pelirrojo se acercaba peligrosamente a su intimidad - "¿Kurama-sama? ¿Qué es lo que tiene planeado hacer? ¡Oh!"

Pakura gimió al sentir como los labios del pelirrojo, chocaban con los de su vagina, solo para arquear la espalda en éxtasis ante la invasión de la lengua de Kurama en su interior - "!"

Kurama lentamente lamió cada milímetro de la intimidad de la mujer, solo para notar lo lista que ella estaba - "?"

". . ." - Pakura se avergonzó ante lo fácil que fue hacerla mojarse, solo para notar como el pelirrojo la estaba observando - "E-Es porque nunca me he tocado allí abajo..."

Kurama abrió los ojos en sorpresa mientras sentía como su pene se endurecía aún más, como si estuviera diciéndole que dejara libre todos sus instintos.

Pakura en estos momentos era una tentación que él estaba dispuesto a tomar. Su expresión avergonzada, su rostro sonrojado por la excitación, sus palabras inocentes que hacían despertar sus instintos, así como su cuerpo seductor que parecía haber sido tallado por un artesano.

"¿Kurama-sama?" - preguntó Pakura en confusión al ver como el pelirrojo se había quedado congelado.

"Pakura... no creo poder resistirlo por mucho más" - dijo Kurama al reaccionar.

"?" - Pakura le dio una nueva mirada confundida, solo para gemir al sentir algo duro y caliente rozando su intimidad - "¿Kurama-sama?"

"Lo siento..." - dijo Kurama mientras miraba a la mujer - "Pakura..."

"Ku..." - Pakura estaba a punto de decir algo, pero no pudo continuar porque Kurama había robado sus pequeños labios con un apasionado beso. Ella podía sentir como su cuerpo empezaba a subir de temperatura, como su intimidad temblaba en expectación, como sus ojos empezaban a llenarse de lujuria mientras los dos cuerpos se acercaban cada vez más.

"¿Puedo hacerlo?" - preguntó Kurama mientras dejaba a la mujer tomar un respiro.

"Sí... hagámoslo, Kurama-sama" - respondió Pakura con una sonrisa mientras sentía como algo externo invadía su interior - "¡Ah!"

Kurama no se sorprendió cuando no sintió obstrucción alguna al entrar dentro de Pakura, no porque ella no era virgen, sino porque con el entrenamiento extremo que ella había tenido todos estos años, era obvio que ella había roto su himen - "¿Cómo te sientes?"

"Es un poco extraño el tenerte dentro de mí, Kurama-sama" - respondió Pakura mientras se mordía el labio - "Pero... solo es un poco incómodo..."

"Dime si en algún momento te causo algún daño" - respondió Kurama mientras la mujer asentía - "Ok, voy a comenzar"

"Puede moverse, Kurama-sama" - respondió Pakura, solo para soltar un agudo gemido de placer al sentir como el objeto duro y caliente que estaba en su vagina, estaba invadiendo cada vez más profundo en su interior - "¡Oh dios ~!"

Kurama no dijo nada, él solo continuó moviendo sus caderas mientras veía como la expresión de la mujer parecía derretirse con cada penetrada que él le daba a su intimidad.

"¡Mierda ~!" - gimió Pakura mientras se mordía el labio para poder resistir el placer que estaba sintiendo en estos momentos.

"No te resistas, Pakura" - dijo Kurama mientras tomaba a la mujer de la cintura y le daba una firme embestida.

"¡Hyan~!" - Pakura solo podía soltar gemido tras gemido mientras el placer aumentaba gradualmente - "¡Kurama-sama ~!"

Las embestidas de Kurama no se detuvieron, y Pakura parecía adaptarse rápido a la situación porque ella también empezó a moverse al compás de su pasión.

Kurama sonrió cuando vio esto porque demostraba que Pakura estaba disfrutando de su primera vez, cosa que sinceramente agradecía porque él sabía sobre las experiencias que ella había pasado.

Pakura lentamente tembló en terror cuando sintió como su mente se ponía en blanco, solo para soltar un agudo gemido luego de que el pelirrojo le diera una embestida final - "¡AAAAaaaaaaaaaaaaaaaaaaah~!"

"¿Oh? ¿A caso te corriste, Pakura?" - preguntó Kurama con una sonrisa, solo para notar como la mujer de cabello verde con naranja, desviaba la mirada con las orejas rojas como tomate, incluso podía decir que ella estaba liberando vapor por estas - "Tranquila, esto es algo normal, mucho más sabiendo que es tu primera vez"

"¡Sus palabras no ayudan, Kurama-sama!" - exclamó Pakura con verg��enza. Ella estaba consciente de lo fácil que era correrse para alguien que estaba experimentando por primera vez el placer del sexo, pero había algo que había que recordar, y era que ella tenía 35 años, 35 años y ella recién estaba experimentando los placeres de las relaciones sexuales, recordarlo solo hacía que su vergüenza aumentara.

"Siento que estás pensando en algo estúpido, Pakura" - dijo Kurama mientras le giraba los ojos al sentir como las emociones de la mujer empezaban a volverse erráticas.

"Yo... ¡Ah ~!" - Pakura empezó a gemir nuevamente al sentir como el pelirrojo nuevamente empezaba a moverse en su interior - "¡Espera un momento, Kurama-sama! ¡Dame un respiro!"

"Lo siento, pero no creo que lo haga" - respondió Kurama mientras continuaba moviéndose - "Veamos cuanto más podrás estar pensando estupideces"

"¡Prometo no volver a pensar cosas raras ~!" - exclamó Pakura mientras su expresión se llenaba cada vez con más lujuria.

* * * * *

"¡Hyan ~! ¡N-No voy a poder resistir por mucho más~!" - gimió Pakura con sus ojos completamente en blanco.

Habían pasado dos horas desde que los dos habían comenzado con su sesión de pasión, dos horas en las que ella había perdido la cuenta de cuantas se había corrido durante todo este tiempo.

"¡Por favor ~!" - gimió Pakura.

"Lo siento, pero no voy a parar" - respondió Kurama mientras una pequeña sonrisa aparecía en su rostro.

Pakura había estado pidiendo piedad por treinta minutos, pero él comprendía que era su boca la única que pensaba en eso porque su cuerpo era honesto, en especial su vagina.

La pobre mujer de Suna, podía sentir como su placer estaba llegando al tope máximo, y no había nada que pudiera hacer para impedirlo porque el pelirrojo no le daba ni siquiera un segundo de descanso.

"¡Dame un respiro ~!" - exclamó Pakura en lágrimas de placer.

"¡Solo un poco más, Pakura!" - exclamó Kurama mientras tomaba a la chica de la cintura y empezaba a moverse más rápido - "¡Aquí voy!"

"¡Te vas a correr dentro de mí ~!" - exclamó Pakura al sentir como el pene del chico crecía cada vez más - "¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaah ~!"

Kurama le dio una última embestida mientras liberaba toda su esencia en el interior de la mujer.

"¡Oh dios ~! ¡Esto es mucho ~!" - gritó Pakura mientras ella liberaba su clímax luego de sentir como su interior era invadido por un líquido tibio - "¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah ~!"

Kurama continuó es liberando su semen en el interior de la mujer mientras veía como la expresión de Pakura era cada vez nublada por su propia lujuria.

Kurama lentamente la soltó, solo para ver como la mujer caía en la cama con todo su cuerpo sudado. La pobre mujer estaba respirando con agitación mientras miraba con cansancio al hombre que la había hecho pasar por todo esto.

"P-Podrías haberme dado un momento para descansar..." - murmuró Pakura antes de perder la consciencia.

"Ups... creo que me pasé" - murmuró Kurama mientras se rascaba la mejilla.

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