Capítulo 40 – ¡Tuviste Un Golpe de Suerte!

—¿Cómo es que no hay noticias?¿Tenías idea de lo que habías hecho?—La Matriarca Yu golpeó el reposabrazos de la silla y preguntó con ansiedad.

El ambiente dentro de la habitación se volvió extraño debido a estas preguntas afiladas. —Dile a la abuela, ¿tu fallaste en tu responsabilidad con la chica? ¡Por ende ellos te enviaron a Xiao Liuliu en un arrebato de rabia!

—¡Abuela! —la cara de Yu Yuehan se tornó sombría. Sus cejas se movieron una y otra vez mientras rechinaba sus dientes—¡No he tocado a ninguna mujer!

Al principio había sospechado que Xiao Liuliu no era su hija biológica. Luego sospechó que la otra persona tenía motivos ocultos al enviarle a la niña.

Si esperaba pacientemente, ella se pondría al descubierto… Pero habían pasado dos años. Exactamente dos años. Y esa mujer nunca apareció.

¡Era como si le hubiera enviado a Xiao Liuliu para que ella reconociera sus raíces y ancestros!

—Tú no tocaste, no tocaste. Todos los hombres hacen promesas verbales, pero al final ¿no hay una niña? —La Matriarca Yu hizo una mueca igual que un niño sumido en un ataque de ira.

Al escuchar esto, Yu Yuehan se dio cuenta de que sus palabras le habían recordado a las del abuelo fallecido. Xiao Liuliu era igual que el "Joven Tío", quien apareció de la nada.

La mirada despiadada en sus ojos desapareció poco a poco. Se inclinó y le dio un abrazo a la Matriarca Yu —Abuela, todavía sigo investigando éste asunto. ¡Me aseguraré de que la verdad salga a relucir!

—¿Pero y si no puedes encontrar a la madre biológica de Xiao Liuliu? ¿Estás pensando en dejar sola a mi pequeño encanto? Y tu matrimonio…—La Matriarca Yu cambió el tema en un instante y volvió al tema principal— Pienso que Nian Xiaomu no está mal. Es bonita y con buenos modales. ¡Tuviste un golpe de suerte!

—…

—Y el asunto más importante es que Xiao Liuliu la adora. No lo viste, pero cuando yo venía hacia acá, la vi jugando a los borradores con Xiao Liuliu. ¡Mi pequeño encanto tenía tiempo sin sonreír tan alegremente! —una sonrisa gratificante se observó a medida que la Matriarca Yu le contaba lo que había visto.

—…—el rayo en los ojos de Yu Yuehan resplandeció.

No le dijo a la Matriarca Yu que había sido testigo de todo lo que ella había mencionado.

Aquellos que no tuvieran conocimiento, podrían haber pensado que Nian Xiaomu era la madre de Xiao Liuliu al ver la escena.

—La abuela está vieja y no se sabe por cuánto tiempo vaya a ocupar la posición de matriarca de la casa. Si no te consigues a una esposa, ¿quieres que la Joven Tía se encargue de toda la Mansión Yu cuando yo muera? —Al terminar su frase, ella se levantó de la silla— Voy a regresar ahora, y no necesitas despacharme. ¡Si realmente tienes consciencia, date prisa y consígueme una nuera!

Cuando la Matriarca Yu terminó su oración le gritó al mayordomo, quien se encontraba haciendo guardia en la puerta, para asistirla cuando se retirara.

—…

Repentinamente, el recinto estuvo vacío.

Sólo quedaba Yu Yuehan. Se quedó en la mesa de la biblioteca con sus ojos escondidos en las profundidades a medida que observaba la jorobada espalda de la Matriarca Yu desaparecer de su vista.

Justo en ese momento pensó en algo y abrió su laptop. Las cámaras de seguridad sincronizaron las pantallas, y de inmediato mostraron el rostro bien parecido y delicado de Nian Xiaomu.

Ella estaba sentada en el sofá con Xiao Liuliu en brazos, pelando naranjas para la niñita.

—Un pedazo para ti, otro pedazo para mi…

Era una vista conmovedora y armoniosa. Sin embargo, esta escena fue interrumpida en menos de tres segundos más tarde…

En la sala de estar,

Cheng Xiulu cubría su trasero vendado, mientras caminaba cojeando —¡Nian Xiaomu, párate!

Nian Xiaomu: —…

—¿Todavía tienes los bríos de comer naranjas mientras yo estoy tan malherida? ¡Apúrate y ayúdame a regresar al patio!