Capítulo 7 – ¡Ella Realmente Tiene Agallas!

Esa sensación de inmediatamente enfrentar a la muerte era demasiado fuerte, tanto que el corazón de Nian Xiaomu se detuvo por un instante.

Mientras buscaba comodidad dentro de su corazón, se abrazó a sí misma y caminó pesadamente hacia adelante. Era como si sus piernas estuviesen llenas de plomo.

Su ropa hoy era muy formal, no como la camiseta y los vaqueros del día anterior.

Incluso se había puesto maquillaje que la hacía ver más madura, para enfatizar su profesionalismo.

Él tal vez ni la recordara, ya que apenas habían chocado el día anterior...

—Joven amo, esta es Nian Xiaomu. Casualmente, es de la misma escuela que Fang Zhenyi —explicó el mayordomo con rapidez al ver que Yu Yuehan miraba fijamente a Nian Xiaomu.

—Oh, ¿en serio? —replicó Yu Yuehan con despreocupación.

Su mirada glacial y espantosa atravesó su rostro, como un láser escaneando su objetivo.

Exceptuando a Nian Xiaomu, nadie pudo saber a qué se refería con esas tres simples palabras.

Ciertamente la había reconocido.

¡Maldición!

Ella se había ofrecido literalmente a la persona a quien acababa de ofender. Todo se había terminado para ella esta vez.

De todos modos, Nian Xiaomu no era la única persona ansiosa en ese momento.

Hacía apenas un segundo, su nariz estaba aún alzada en el aire con una insinuación de victoria asegurada. Al notar la mirada de Yu Yuehan fija en Nian Xiaomu, sin nada para ella, Fang Zhenyi entró instantáneamente en modo de pánico.

Nian Xiaomu tenía una apariencia que la mayoría de los hombres encontraría irresistible, y Fan Zhenyi sabía eso.

Pero… habiendo llegado a la última etapa del empleo luego de tantas dificultades, ¡Ella sabía que no debía perder ahora!

¡Especialmente, no contra Nian Xiaomu!

Apretando sus puños, Fang Zhenyi levantó la vista abruptamente y dijo:

—Debe haber un malentendido, mayordomo. Puede que yo venga de la misma escuela que Nian Xiaomu, pero definitivamente no somos lo mismo.

—¿Qué quieres decir? —el mayordomo entró en pánico al oír esta corrección inesperada.

La mirada de Yu Yuehan por fin se desvió del rostro de Nian Xiaomu y aterrizó en el de Fang Zhenyi.

Ella era finalmente el foco de la multitud. Fang Zhenyi se sentía excitada y nerviosa a la vez al pensar en eso.

Mostrando su mejor sonrisa a Yu Yuehan, Fang Zhenyi comentó lentamente:

—Hablando de eso, de verdad fui compañera de clases de Nian Xiaomu, pero si mi memoria no falla, ella sólo completó la mitad del curso de enfermería.

—Oohh...

Como un gran bloque de roca quebrando la pacífica superficie de un lago, esa simple frase también tuvo el mismo nivel de impacto en la gente.

Las olas se levantaron inmediatamente.

Todos los presentes entendieron con claridad el significado detrás de esas palabras.

Dado que Nian Xiaomu no había completado el curso, ¿cómo había obtenido su certificado de enfermera?

Esto quería decir que ella había usado una certificación falsa para la entrevista con la familia Yu. ¡Ella realmente tenía agallas!

—¿Qué dijiste? ¡Repítelo! —el mayordomo volvió a sus sentidos con una cara solemne y hundida.

Inmediatamente ordenó la validación del certificado de enfermera de Nian Xiaomu.

—No tenía intención de revelar esto dado que Nian Xiaomu fue mi compañera de clases, pero al mismo tiempo, me preocupo por la pequeña señorita… Si no la cuidan correctamente, sus heridas podrían…—Fang Zhenyi fue bajando la voz, dejando el resto de sus palabras a la imaginación de la multitud.

¡El significado entre líneas era mucho más vicioso que implicar directamente que Nian Xiaomu no poseía conocimientos de enfermería!

El rostro del mayordomo se oscureció al instante.

—Nian Xiaomu, explícate. ¿Es verdad que sólo completaste la mitad del curso de enfermería?

—…

Nian Xiaomu tenía una mala sensación desde el momento en que oyó hablar a Fang Zhenyi.

De todos modos, Nian Xiaomu se sentía inesperadamente pacífica luego de oír esas acusaciones contra ella.

—Sí—replicó con simpleza.

Antes de que el mayordomo tuviese la oportunidad de explotar en furia, Nian Xiaomu movió su mirada clara y pura hacia él y siguió hablando:

—De hecho, sólo he completado la mitad del curso, pero no le mentí a nadie.

—Cómo te atreves a seguir con tus mentiras a pesar de haber usado una certificación falsa para la entrevista...

Antes de que el mayordomo pudiese terminar con sus acusaciones, alguien a su lado exclamó:

—¡No puedo creerlo! ¡Su certificado es real!