La Verdadera Z Te Enseñará a Comportarte

El tiempo pasó lentamente.

Gordito seguía agarrándose el cabello.

Estaba realmente preocupado de que toda la red se colapsara.

La chica del cibercafé ya tenía el sabor de una pequeña victoria, su mirada se profundizaba.

¿Cómo iba a resolver esa persona un obsequio tan grande?

Levantó su mano derecha, preparada para presionar la barra espaciadora para el golpe final, pero al segundo siguiente, sus ojos se abrieron como si algo acabara de suceder.

Sus dedos comenzaron a volar a través del teclado.

—¿Dónde? ¿Cómo puede ser eso? Ese tipo estaba aquí hace un segundo.

Las cosas que resolvió no fueron útiles.

Esto no era posible.

«¡¿Cómo fue posible?!».

La otra mirada de sorpresa vino de Gordito, que había estado observando toda la batalla.

No podía creer lo que veía.

¡Uno de los puntos rojos, que había sido activado por el firewall, desapareció de repente!