Desierto de Ferde
A medida que pasaban los segundos y los minutos, Morrowson se sentía cada vez más ansioso. Solo un kilómetro más en esta dirección y pasarían de largo el escondite de la princesa Milda. La presencia de su sangre se estaba volviendo más delgada, lo que sugería que su vida solo pendía de un hilo delgado.
«Ella debió haber sufrido alguna herida mortal. Si no llego a tiempo, la princesa podría…»
Morrowson no se atrevió a continuar con ese tren de pensamientos. Después de diez segundos más, Morrowson no pudo evitar mirar detrás de él. Luego vio a Link tranquilamente siguiéndolo a 50 metros de distancia. Morrowson podía ver claramente la expresión calmada en la cara de Link ya que la distancia que los separaba era corta. Link parecía tener el control de la situación e incluso despreocupado, como si todas estas cosas no le importasen. Al ver su actitud tranquila, Morrowson no pudo evitar gritar:
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