Capítulo 134: La Cripta de la Araña

—En verdad es esa cosa…

Marvin aún no había terminado de murmurar cuando todo su cuerpo se quedó tieso de inmediato.

El estudio estaba en silencio. Marvin estaba inmóvil, ¡aún seguía en la posición de abrir la puerta!

Al menos tres minutos después, Marvin, como si se acabara de despertar de una pesadilla, cerró la puerta de repente.

¡Bang!

Usó toda su fuerza.

Al siguiente instante se recostó contra la puerta y se deslizó hacia abajo; se sentía débil.

Estaba bañado en sudor frío.

—En verdad es esa cosa…

Marvin estaba congelado de pies a cabeza, yacía allí, débil e impotente. Recién después de cinco minutos pudo recuperar algo de fuerza poco a poco.

Y para cuando se levantó gateando de donde estaba tendido, el piso estaba mojado, ¡cubierto por el sudor de Marvin!

Trepó hasta su cama y se recostó, lo que, lentamente, lo hizo recuperar algo de energía.