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Luego, la besó en las mejillas y dijo: —Espero que no culpes a mamá por ser demasiado dura. Solo quería que supieras lo que estaba bien y lo que estaba mal para que la gente no dijera que Qin Chu y yo tenemos una hija con malos modales.
—Entiendo mami. Estaba siendo demasiado egoísta.
—Bueno. Mientras sepas lo que hiciste mal y aprendas de sus errores, no necesitas sentirse culpable. El sol saldrá mañana a un nuevo día y lo que sucedió hoy no se puede cambiar.
Pudín parecía entender lo que su madre quería decir, así que asintió.
—Los platos se están enfriando. Iré a la cocina para calentarlos.
—Mami, quiero comer tus fideos vegetarianos, ¿puedes hacerme algo? —dijo Pudín con timidez, por primera vez en mucho tiempo.
—Oh, hermana, estás haciendo demandas de nuevo. Porotito se cubrió la boca con las manos y se rió.
Huo Mian miró a Pudín con ojos gentiles y dijo: —Ok, dame algo de tiempo. Iré y te prepararé algo ahora mismo.
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