Ni Yang preguntó porque no se sintió seguro al ver la oficina oscura. Cuando Huo Mian oyó su voz, salió gateando de debajo del escritorio.
—Dios mío, hermana... ¿Estás jugando a las escondidas conmigo? —Ni Yang estaba sorprendido de ver a Huo Mian salir gateando de allí.
—Es una larga historia, te contaré luego —dijo Huo Mian mientras encendía las luces. Entonces, vio el pequeño clavo en el suelo. Lo tomó y vio que aún había algo de sangre en él.
—Gracias por salvarme.
Guardó cuidadosamente el clavo y bajó con Ni Yang. Como era de esperarse, cuando fueron donde los guardias, los que estaban de turno no tenían idea de qué había sucedido. Parecía que habían hackeado el sistema de la empresa, lo que había provocado que todos los ascensores, cámaras de vigilancia y luces dejaran de funcionar.
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