Huo Siqian miró su reloj: eran casi las 11 PM.
No podía dormir en su mansión porque Song Yishi estaba ahí y,
aunque Huo Siqian se odiaba a sí mismo, la odiaba aún más a ella. Cuando la miraba, sentía tantas náuseas que quería vomitar.
Por eso tomó su teléfono y llamó a Wang Shasha. Ella siempre se sentía entre las nubes cuando Huo Siqian la llamaba. Al recibir su llamado, se vistió rápidamente y corrió por las escaleras sin siquiera maquillarse, para esperar que la pasara a buscar por la entrada de su vecindario residencial.
A decir verdad, tenía un aspecto ordinario y no era hermosa en lo absoluto. Incluso en ese momento se preguntaba qué clase de suerte había tenido para que alguien como el presidente Huo la escogiera.Lo que la sorprendía aún más era que Huo Siqian le daba dinero y le compraba su ropa, pero jamás la había tocado. Muchas veces se preguntaba si Huo Siqian era impotente...
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