—¿Hola?
—...
—¿Hola? ¿Quién es? Voy a colgar el teléfono si no piensa decir nada.
Huo Mian se sintió algo molesta.
¿Tal vez marcaron el número incorrecto?
Ni bien estaba por colgar, escuchó una voz familiar.
—¿Por qué estás evitándome? —dijo la voz a través del teléfono.
—¿Qin Chu? —respondió Huo Mian, su voz tembolorosa.
—¿Por qué estás evitándome?
Qin Chu repitió la pregunta que ella no quería responder del otro lado de la línea.
—¿Qin Chu, puedes detener este disparate? Terminamos hace siete años.
—Estoy abajo —interrumpió Qin Chu, colgando el teléfono inmediatamente antes de que ella pudiera responder.
¿Cómo sabe mi dirección? ¿La bocona de Zhu Lingling habrá estado parloteando de nuevo? pensó Huo Mian. Recordando lo que sucedió en el lavabo, Huo Mian no tenia ganas de ir abajo realmente. Ella no tenia ninguna intención de verlo de nuevo.
Pero si no bajaba, ¿Se quedaría esperándola él? ¿Se encontraría con Ning Zhiyuan cuando Zhiyuan volviera a casa?
Huo Mian tomó su chaqueta mientras imaginaba distintos escenarios. Luego de un momento de titubeo, bajó a regañadientes.
Qin Chu estaba abajo con su espalda contra un Audi R8 plateado, y un cigarrillo prendido entre sus dedos.
—Qin Chu, ¿qué quieres?
Huo Mian se aproximó al hombre, mirándolo intensamente.
Levantando su cabeza, Qin Chu observó cuidadosamente a Huo Mian. Era esa estúpida mirada de nuevo, el tipo de mirada que la hacía sentir que era la única chica que el podía ver, como si aún estuviera encariñado con ella como antes.
—Mian, aún eres la misma de antes. No has cambiado ni un poco.
Qin Chu la miró fijamente, sin parpadear, sus ojos llenos de expresiones demasiado complicadas para explicar.
Con una sonrisa amarga, Huo Mian respondió—estás equivocado, las personas sí cambian Qin Chu. Independientemente de lo que estés buscando, espero que puedas dejar ir el pasado. Estoy cansada, y ya no quiero problemas. Además, ambos tenemos nuestras vidas propias ahora, así que, ¿podrías dejar de actuar tan locamente?
—No estoy loco. Nunca estuve más cuerdo —dijo Qin Chu con la mayor sinceridad.
—Entonces ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Solo para recordar viejas historias conmigo? —dijo Huo Mian con desdén.
Los ojos de Qin Chu brillaron mientras él miraba los ojos de ella profundamente. Luego dijo débilmente: —Huo Mian, cásate conmigo.
Huo Mian casi perdió la cabeza al escuchar esas palabras.
—¿¡Desapareciste siete años y lo primero que quieres hacer al volver es proponerme matrimonio!?