Después de ver el artículo, la cara de Lan Xi se puso terriblemente roja. Tomó la revista de entretenimiento y se fue pisoteando con sus zapatos de tacón alto hasta la oficina de Luo Hao, y lanzó la revista frente a él:
—¿Por qué tomaste esta decisión por tu cuenta?
Luo Hao dejó los documentos en sus manos y se levantó de su silla mientras explicaba:
— Porque, si seguimos esperando, solo nos encontraremos con el contraataque de Tangning. Ella es una maquiavélica cuidadosa. Con la evidencia que tenemos en nuestras manos, ya es suficiente para destruirla. Dado que ese es el caso, ¿por qué debemos seguir esperando?
Lan Xi no respondió a Luo Hao. En realidad, sentía que las acciones de Luo Hao eran correctas, pero no le gustaban las personas que tomaban sus propias decisiones sin su consentimiento.
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