prólogo;

ahora los códices contemporáneos tiene la respuesta a la salvación humana pero muchos de ellos fueron destruidos o robados tras la conquista que sufrieron pueblos que adoraban a dioses que los crearon

pero nadie sabía que toda la sabiduría de sus dioses fue escrita en los códices para poder Salvar a los humanos algunos todavía están escondidos ya que solo los que descienden de las 21 tribus que tenían la sangre de sus respectivas deidades eran capas de encontrar los códices todo dependía de quien fuera el que tuviera un porcentaje alto entre todos los que tenían la sangre de los dioses "Mexicas" pero un dios quería de nuevo todo lo que escribo para salvar a la humanidad ya que habían perdido sus verdaderas raíces y ya no creían en los dioses que los crearon

ahora solo tenían fe y creían en algo irreal la verdadera existencia sobre la naturaleza que Quetzalcóatl y Tezcatlipoca les habían enseñado ya todo estaba olvidando ahora un dios qué nunca le importo que no creyeran en el solo miraba desde su dominio en su propio cielo nadie podía entrar ni los mismos.

Ometecuhtli y Omecihuatl

nadie podía interferir en sus dominios ya que el solo hecho de que algún dios intentara entrar en su mundo principal sus sirvientes los mataría pero en estos momentos solo miraba lo que estaba debajo de él, el gran Dios que dominaba los cielos de cualquier mundo o Multiverso el era el gobernante de los cielos todo estaba por debajo de él dios más grande que el mismo conocía la existencia y como fue creado todo lo que nadie comprende tenía sus ojos tan azules que parecía que todo a su alrededor era pintado de ese color una gran serpiente azul volaba sobre el tenía escamas como si en cada una de esas escamas fuera un mar inmenso el gran tamaño de esa serpiente podría tragar soles y constelaciones completas de un bocado este dios que miraba un mundo en específico su nombre es.....

Tláloc

parece que Quetzalcóatl dejo que otros dioses falsos gobernaran nuestra creación tal ves esperaba mucho de ese niño pensé que el podía ser el más grande entre sus hermanos pero parece que no fue así se dejó engañar por esa entidad, tendré que desender al mundo de los humanos hechos de maíz es necesario que encuentren mis códices ya que como adoran a otro dios espero que el conocimiento que su nuevo dios les de sea mejor que el mío, mi sabiduría ya no es necesaria para la creación de maíz volteo su mirada al sur de donde estaba parado pudo ver una gran pirámide invertida que era sostenida por cuatro serpientes de colores gris oscuro que representaba los puntos cardinales de su mundo cada serpiente existía para orientar a los que eran permitidos en su mundo principal era para que no se volvieran locos al no poder comprender cómo sería cordinar sus sentidos para adaptarse a su mundo.

también en lo alto de las pirámide se podía ver muchas vasijas que contenían líquido algunos tenían agua muy clara otros tenían Aguán tan oscura que parecía el exterior del espacio y el color de cada vasija era diferente pero lo más sorprendente era que había una máscara de una piedra que era azul tenía aspecto de una bestia que no existía en el mundo de los humanos de maíz la boca tenía dientes que parecían no tener más que cuatro grandes dientes que se juntaban con tres dientes de abajo lo que hacía una sonrisa muy espeluznante los ojos mostraba que no eran simétricos estaban algo alegados de lo normal pero de sus ojos salía agua de un color azul marino muy oscuro que bajaba de las escaleras como si formará un río que caía sobre la tierra pero desde lo alto que formaba un gran lago que tenía una isla en medio de la gran pirámide invertida que flotaba por las cuatro serpientes se podía ver varias criaturas dentro del lago

todo estaba iluminado por una luz azul que sería más de un color muy hermosa que no se puede expresar tal color mientras "Tláloc" caminaba por las nubes que flotaban entré, el lago pudo ver a sus sirvientes que eran hechos de agua que se arrodillaban ante el solo tenía que ver a su esposa para decirle que tenía que bajar al mundo de los humanos hechos de maíz también tenía que dejar algunas órdenes a su más leales sirvientes mientras él no esté en su mundo ellos se encargarían de protegerlo de cualquier amenaza también tenía que poner la vasija en un lugar seguro era algo que muchos querían saber de esa vasija ya que su contenido tenía varias respuestas a algo que todos codiciaban lo que parecía un palacio que era sostenido sobre lo más alto eran rayos que formaban una forma de dragón que cargaba el gran palacio que era envuelto en rayos de varios colores que lo hacía muy imponente parecía que nadie podía entrar ya que el que diera un paso ante tal palacio moriría al instante Tláloc simplemente camino entre las nubes y los mismos rayos se hacían a un lado era como si los mismos rayos sintieran miedo de Tláloc y no querían enojar a su dios.

era como si tuvieran miedo de tocar siquiera a Tláloc sería un gran pecado para ellos los rayos tal ves tenían vida y sentían un terror por enojar a su dios llegando más arriba se podía ver grandes bolas de agua que flotaban eran de un tamaño del sol más grande que existiera en el universo pero en forma de esfera de agua parecía que habitaban otros seres vivos en cada esfera de agua que rodeaba el palacio entrando al palacio camino directo hacia una forma de ríos que se extendía en varias direcciones formando infinitos ríos que eran hechos por su esposa que le gustaba mucho ver la corriente del agua que tomaba forma y desendía para formar los demás ríos ella era tan hermosa que las esmeraldas solo hacían que su brillo fuera más claro y azulado que formaba tal belleza de un océano sin fondo que era tan cristalina que Tláloc quedaba más enamorado cada ves que la miraba su esposa era la diosa.

Chalchiuhtlicue

Tláloc solo se acercó y miró esos labios tan rosados y carnosos y su bellos ojos que absorbían todo de él el no quería irse quería mantener en secreto que dejaría de proteger a los humanos hechos de maíz ya que chalchiuhtlicue era alguien tan bondadosa que haría que el cambié de opinión y suguiriera que debía seguir protegiéndolos así que tenía que mantener en secreto que bajaría por los códices que el había dejado en el mundo de sus creaciones.