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Capítulo 1

Era mi segundo año en Woking, esta vez me había mudado sola a una pequeña casa no muy lejos de la Universidad. Me había mudado desde Madrid y viví durante mi primer año en una residencia de estudiantes pero la verdad es que no me gustaba mucho estar allí porque no había mucha intimidad.

Estudiante de ingeniería mecánica y a veces ayudaba en un pequeño negocio cerca de donde vivía, una pequeña tetería, llevada por una pareja de personas mayores.

- Te juro que no te vuelvo a esperar más - dije mientras veía a mi primo Carlos llegando al restaurante en el centro de Londres.

- Sólo llegó media hora tarde - dijo sin pensárselo dos veces.

- Mi tiempo vale oro querido, para dos días que estoy en Londres - protesté.

- Bueno chica, lo siento muchísimo pero entre que había cola y que estaba cerrando unas cosillas pues he llegado tarde - dijo mientras que me daba un beso y un abrazo de esos que te hacen sentir en casa.

- Siempre con excusas, no cambias chico no cambias - dije y sonreí.

- Ey que esta vez era muy importante - dijo Carlos.

- Vale vale - dije y miré la carta.

- Me dijo tu padre que este año no te vas a Madrid de vacaciones - dijo Carlos mientras miraba la carta.

- No, no me apetece mucho pasar calor. He encontrado una pequeña casa cerca de la Uni que me la dejan los dueños de donde voy a ayudarles algunos días y tengo que mudarme y en agosto se cogen ellos algunos días de vacaciones y yo me quedo con la cafetería - dije mientras que seguía mirando que podría almorzar.

- Tus padres con negocios y ¿tú trabajando? - preguntó Carlos extrañado.

- Sí, quiero también saber lo que es trabajar, además no va mucha gente así que no hay problema por ello - dije.

- ¿Tienes pensado hacer algo la semana que viene? - preguntó dejando la carta y llamando al camarero para coger la comanda.

- Pues teniendo en cuenta que este año no me voy para España y sólo tengo que llevar las cosas a la nueva casa, pues no no tengo que hacer nada - dije con un poco de sarcasmo.

- Eso me vale. Pues te vienes al Silverstone - dijo muy contento.

- ¿Enserio? - pregunté extrañada.

- Sí querida, te he conseguido pases y además que este año no has venido a verme a ningún circuito - dijo y puso carita de cachorrito.

- Lo que tiene cuando estudias una carrera - dije - pero vale me apunto.

- Menos mal, pensaba que me ibas a decir que no - dijo Carlos muy aliviado tras mi respuesta.

- A ver, teniendo en cuenta que me quiero dedicar a ello pues... está muy bien ir y así puedo conocer más el mundo y a ver si me gusta para unas posibles prácticas - dije.

- Bueno, ¿entonces te vienes? - preguntó Carlos.

- Sí querido - dije. Me levanté de mi asiento y le fui a dar un abrazo -. Muchas gracias primo.

- De nada enana - dijo abrazándome más fuerte.

Comenzamos a comer tras haber esperado casi 20 minutos para que llegara nuestra comanda, Carlos se había quedado muy entusiasmado que le dijera que sí tras su propuesta de que lo acompañara a una carrera después de tanto tiempo sin ir a ninguna.

- ¿Te vuelves a Woking? - preguntó Carlos.

- Sí, mañana bien temprano. Me toca sacar las últimas cajas de la residencia y ya voy de camino a la nueva casa.

- ¿Quién te va a ayudar? - preguntó preocupado.

Mi antigua compañera de habitación, ella llega hoy de sus vacaciones y bueno pues termino las recoger y mañana de camino a Woking - dije muy contenta de empezar mi vida un poco más lejos de donde estaba actualmente pero quería un ambiente muy distinto. quería estar muy alejada aunque me tuviera que levantar muy temprano para llegar a la uni.

- A vale genial. Pues la próxima semana te mando la dirección a donde tienes que ir - dijo mientras nos despedimos por fuera del restaurante.

- Vale, te quiero - dije dándole un abrazo.

Regresé a la residencia donde ya estaba esperándome mi amiga Jess en el habitación y ya estaba metiendo mi ropa en mi maletas.

- Holaaaaa - gritó al verme entrando en la habitación.

- Hola Jess - dije dándole un gran abrazo -, ¿qué tal esas vacaciones?

- Genial tía, la verdad es que me lo pasé muy bien con mis padres - dijo mientras que volvía a mi armario para sacarme más ropa.

- No sabes cuánto me alegro - dije mientras me desplazaba.

- ¿Y tu papis? - preguntó

- Vienen dentro de 3 semana pero por esa época ya estoy en Woking - dije mientras empezaba a colocar las cosas en las cajas.

- Ah bueno, pues así podemos arreglar tu casa mejor - dijo y me vino a dar otro abrazo.

Jess estudia marketing y publicidad, nos conocimos porque nos pusieron juntas desde el primer día en la residencia, ella es de Barcelona y se vino por una beca como yo debido a que hizo la prueba de acceso para la universidad de Woking y desde entonces somos uña y carne.Eran las diez de la noche cuando por fin dejamos todas las cajas metidas dentro de la furgoneta que había alquilado.

- Te invito a cenar - dije cerrando las puertas.

- ¿Pedimos unas pizzas? - dijo Jess.

- Pues no es mala idea - dije mientras cogía el teléfono y pedimos a nuestra pizzería de confianza de un compañero de clases.

Tras comernos las pizzas y no para de hablar de lo que había hecho en las pequeñas vacaciones de Jess y de lo que me había dicho mi primo ese día para estar con él en esta carrera. A las 5 de la mañana estábamos en pie, como a Jess le costaba más levantarse que yo cuando estábamos de vacaciones levantarse no era lo de ella.

- Llegamos - dije despertando a Jess.

- Tía te dije que yo conducía también - dije mientras que la miraba y recordaba todas las veces que había llamado a Jess para que se levantara.

- Jess, paso palabra - dije y me bajé.

- Tía, como podía venir a trabajar aquí todos los fines de semana - dijo Jess cuando llegamos a la cafetería donde llevaba un año trabajando todos los fines de semana con una pareja de personas mayores que eran bastante amables.

- Hola - dije entrando en la cafetería - ¿qué tal?

- Dalia - dijo Magge cuando me vio y a su marido, George, le salió una sonrisa al verme.

- ¿Ya tenéis las maletas preparadas? - dije mientras que le daba un abrazo a los dos.

- No, todavía quedan dos semanas - dijo George.

- Es verdad, no me acordaba - dije mientras recogía una mesa que se había ido. - Una pregunta.

- Dime - dijo Magge.

- La semana que viene me ha dicho mi primero ir a la carrera de fórmula 1 por si puedo cogerme ese finde - dije.

- No hace falta que lo preguntes, claro que puedes - dijo George.

- Toma - dijo dándome las llaves -, está pintada completamente.

Nos despedimos y nos dirigimos a mi nueva casita, de dos habitaciones y tenía un pequeño jardín donde podía estudiar y leer tranquilamente.

- Madre mía que guapo ese chico - dijo Jess mirando al jardín de al lado.

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