4 Mientras el socialismo llama la atención el capitalismo persiste.

Jueves 16.

´En el siglo XX los Estados Unidos ocuparon el lugar que España dejó vacante en 1898 en América central y el Caribe, e hizo uso de forma reiterada de la política del gran garrote, que justificaba la intervención a esta zona.

Los argumentos para estas operaciones eran pretextos que ocultaban los intereses económicos o estratégicos de Estados Unidos.

¿Crees que las acciones tomadas por Estados Unidos estuvieron bien?´

Levanté la mano con impaciencia, la profesora miraba a todos lados y sólo estaba yo con la mano levantada ¿Qué no podía dejarme hablar y ya?

La profesora suspiró y me dió la oportunidad de hablar.

—No tenemos derecho a criticar sus acciones, no se menciona que violaron las leyes, sólo ejercieron influencia ideológica lo cual están haciendo en todos los institutos y medios de comunicación, no tiene sentido que siquiera pregunten si—

—Me temo que no es así niña bonita—Las puertas del salón se abrieron al compás de una voz grave, con una ceja alzada me giré en mi asiento y vi a un chico alto, con cabello enrulado, vestido con una gama de color cálida, en sus manos sostenía un folder amarillo—Adoctrinaron a nuestros antecesores con sus ideologías. Que sólo los beneficiaban a ellos además, ¿No te parece injusto?—Continuó cerrando las puertas.

Mis compañeros miraban la escena con emoción, estaban acostumbrados a que sólo yo expusiera las ideas, a que sólo yo estuviera en contra.

La profesora también estaba sorprendida por la llegada de un estudiante a mitad de semestre pero eso no me detuvo, si algo me gustaba era debatir—¿Y no te parece injusto que me adoctrinen aquí con ideas que no me gustan? Es lo que estás planteando ¿Sólo te parece injusto porque los benefician a ellos?—

La mirada retadora del chico sólo hizo que me emocionara más, él seguía en medio del salón yo estaba cruzada de brazos y de piernas con la silla ligeramente movida en su dirección.

—Niña, las cosas que te enseñan aquí son temas importantes—

—¿Y expandir una economía no es importante?—Me levanté de la silla observandolo desafiante.

—¿Podrías dejar de ser tan globalista?—Replicó acercándose a donde estaba.

—¿Y tú podrías dejar de ser tan nacionalista?—Me acerqué a donde él estaba también, quedando muy cerca, es alto, pero no me importaba en lo más mínimo, estaba por responder cuando la profesora habló.

—¡Silencio!—Se notaba desde lejos que quería seguir escuchando, yo solo rodé los ojos por la intervención y me crucé los brazos, el chico río haciendo que le prestara atención.

—¿Usted es Thomas Green?—Preguntó la profesora a lo que, Thomas asintió—Bien, ¿Cree que puede presentarse? Y usted señorita Howard, vuelva a su asiento por favor—

Asentí y acomode la silla antes de sentarme y mirar al frente donde Thomas ya estaba presentándose, los bullicios llegaban hasta mis oídos, el tal Thomas siendo protagonista de ellos.

—¿Podrías decirme qué hora es por favor?—Le pregunté amablemente a Wener, un compañero de clases que casi siempre se sienta a mi lado.

—Diez y quince, en cinco minutos salimos de aquí—Wener sonrió, yo le devolví la sonrisa mientras guardamos nuestras cosas—Nos vemos luego—Dijo despidiéndose, le sonreí y asentí.

El timbre había sonado sin embargo yo no había terminado de guardar mis cosas, mis preciadas carpetas llenas de información que reunía y estudiaba para el debate de fin semestral estaban en la mesa aún.

Aunque más bien iba a ser un monólogo, nadie en toda la escuela quería debatir conmigo, y eso me decepciona, mi generación no estaba interesada en su país, todos se querían ir a uno mejor y no los culpaba.

Me sorprendí cuando sentí una presencia detrás mía—¿Entonces es sobrina del director señorita Howard?—Voltee en mi asiento y vi a Thomas sentado sobre la mesa de atrás.

Asentí girando la silla—¿Tanto se nota?—Pregunté subiendo las piernas en la silla para así abrazarlas.

—Digamos que el apellido te delata niña bonita, además las personas con las que me senté me lo dijeron ¿Es verdad que te peleaste con esta profesora?—

Sonreí nerviosa y asentí—¿Te lo contaron?—

Thomas también asintió y se levantó del escritorio, entonces se fijó en el mío—¿Un debate?—Preguntó viéndome con curiosidad.

—Es una actividad de fin de semestre, la actividad del año pasado era una feria de arte, casi toda la escuela participó—Me levanté de la silla también y me acerqué a mi mochila para mostrarle el panfleto.

Él veía el panfleto con curiosidad—¿Vas a debatir?—Asentí nuevamente cerrando el cuaderno que había abierto.

—Creo que me dieron ganas de debatir contigo ¿No lo crees?—Thomas sonrió mirándome fijamente, yo abrí la boca viéndolo con sorpresa.

—¿De verdad?—Pregunté sin creérmelo, asintió y se colgó la mochila en la espalda, sonreí e hice lo mismo—¿Quieres almorzar? Nos quedan veinte minutos—

—No gracias, estoy bien así—Respondí con sencillez entrando la botella de agua que llevaba en uno de los bolsillos laterales de mi mochila.

Sentí su mirada sobre mí—¿Haz comido algo pesado?—Negué recordando que no había desayunado—¿Estas segura de que no quieres nada?—Asentí caminando en dirección a la puerta.

Me voltee y lo ví ahí parado observandome extrañado—No voy a desayunar, pero conozco un lugar tranquilo, siempre voy allí ¿Vienes?—

Asintió y llegó a donde estaba luego de varias zancadas—Ya veo porque todos son tus amigos—Murmura luego de que Toby, un niño de preescolar me saludara.

Le sonrío a Carly y le respondo—¿Qué? Tengo más enemigos de los que me gustaría decir—Admití siguiendo con mi caminar.

—Toda persona que pasa, toda persona que te saluda—Ríe entre dientes, a lo que sus ojos se encogen y en sus mejillas aparecen hoyuelos, como en mis mejillas también, sonrío sin pensarlo.

—La clave es ser amable con todos y todos serán amables contigo, deberías intentarlo todos se te quedan mirando como si fueras extraterrestre—

—¿Será porque soy nuevo?—preguntó con obviedad consiguiendo que rodara los ojos—¿O será que es porque estoy contigo? Me miran como si te hubiera secuestrado—

—¿Estás loco Tomás? Pregunta seria—Tomás rió, haciendo que me riera yo también.

—Solo llámame Tom niña bonita—

—Y tu Angie, sin niña bonita—Sonreí al igual que él. Tomé su mano y lo guié por el instituto, abrí la puerta de la biblioteca, la bibliotecaria, doña Ana nos dió la bienvenida como suele hacerlo siempre, un "Bienvenidos" acompañado de una cálida sonrisa.

Lo llevé a un rincón que bauticé como mío, este pequeño lado estaba lo más lejos posible de la entrada, y los estantes que quedaban cerca estaban repletos de libros sobre economía, política y filosofía.

—El contrato social, La República, Realismo capitalista, ya entiendo porque es tu sección favorita—Cogió esos libros y se sentó frente a mí, yo por mi parte saqué un libro que estaba leyendo de mi mochila junto con mis carpetas y mi estuche.

—¿Necesitas una hoja? Digo, para apuntar cosas importantes si quieres—

—Creo que también voy a conseguirme una carpeta—Dijo entre risas apuntando algunas cosas en la hoja que le dí.

—¿Socialista?—Pregunté, vi en su hoja que redacta los "logros" del socialismo y los resaltaba y los subrayaba y los rodeaba, eso mismo hacía yo en mi hoja pero con los verdaderos logros del capitalismo.

Tom subió la mirada y me dió una sonrisa de lado—Así es, supongo que tu eres capitalista ¿Verdad?—

—Tienes toda la razón—Le sonreí también y seguí con lo mío, alcé la cabeza para cambiar de lapicero y lo ví totalmente concentrado en esos libros.

Es un socialista muy lindo.

avataravatar
Next chapter