8 La gran depresión.

Jueves 30.

—Cuando el estado fija los sueldos y precios aleja a las empresas productoras y caemos en la ruina—

—¿Entonces estarías a favor de que una empresa, hegemónica por cierto, le ponga un precio que los ciudadanos no puedan pagar a un producto esencial? Y las empresas que tanto defiendes que pagan en sueldos indignos ¿Eso te parece justo?—

—Yo no voy a volver a intervenir, es lo mismo todos los días—La profesora Walker se cruzó de brazos—Los quiero en la primera fila—Nos mandó con una mirada seria—Ahora—

Cogí mi mochila alejándome de Marc, hoy nos habíamos sentado juntos—Profesora Walker—Dijo Marc llamando la atención de la mencionada, lo miré con advertencia, pero me ignoró.

—La señorita Angie me está ayudando con algo que no entiendo ¿Pudiera dejarla un momento?—La profesora Walker alzó una ceja, Oliver sonreía.

—¿Y desde cuando le interesa aprender esta materia?—Preguntó la profesora bajando sus lentes hacia la parte más baja del tabique de su nariz.

—Le interesa la tutora profesora Walker—Dijo Thomas apoyado contra la mesa en la que se sentaba.

—¡Thomas!—La profesora soltó un grito ahogado—¿Qué hablamos?—Antes de que pudiera ir a darle un jalón de cabello a Thomas, Marc le respondió haciendo que yo me detuviera en seco.

—¿Hay algún problema con eso?—Vi sorprendida a Oliver tratando de buscar una explicación o algún guiño o sonrisa pero él parecía evitar mi mirada, eso no era una broma. Y de pronto me vi en medio de una pelea de hombres.

Palmee mi pie contra el suelo una y otra vez.

—No quiero salir—Dijo Oliver desde dentro de la oficina de mí tío, la puerta estaba cerrada—Y tu tío me está mirando raro—

¿Por qué será?

—¿Oliver? Sal de ahí ahora mismo, necesito hablar, ahora—Murmuré acercándome a la puerta para que me escuchara mejor.

—¿No podemos hablar por aquí?—Suspiré resignada y me acerqué más a la puerta, casi al punto de chocar mi nariz con la madera. De verdad necesitaba hablarlo.

—Nunca habías hecho una broma así, parecía que lo estabas diciendo en serio ¿Qué te sucedió Oliver?—

La puerta se abrió de repente, Oliver se puso frente a mí, mirándome fijamente—Me gustas Angela, no sabes cómo y desde cuando pero me gustas, y que te prestara mi abrigo, que te preguntará si quieres algo, que te escuchara hablar sobre política, porque me encanta oírte hablar, o las citas que para ti eran espontáneas pero para mí completamente planeadas siempre fueron para que me prestaras atención porque me encantas Angela—Dijo quedando cerca de mí—Y estoy muriendo por besarte—

Entonces sin previo aviso estampó sus labios con los míos en un beso que él hacía cada vez más suave. Nunca me imaginé estar besando a Marc. Le estaba dando falsas ilusiones.

Así que me separé—Oliver no, yo no—

—Sí, lo sé—Se pasó una mano por el cabello—Se que no es mutuo pero hey, por lo menos pude besarte—Dijo acompañado de una sonrisa triste.

Juro que quiero besarlo solamente para que la quite—Oliver, yo de verdad lo siento—Me disculpé quitando mis manos de su pecho; las que había antes usado para separarme.

—Piénsalo ¿Sí?—Antes de que pudiera responder o negarme Oliver se fue por el pasillo, y al verlo así de tenso y con las manos empuñadas dudé si en verdad había hecho lo correcto.

—Es mejor así ¿Sabes? Es peor que le des esperanzas—

—Le rompí el corazón a Oliver, él era casi como un mejor amigo ¿Entiendes eso?—Le respondí aún con las manos en mi cara como si eso fuera a hacer que desaparezca.

—¿Crees que hubiera sido mejor que te involucraras en una relación con él sin sentir nada? Se hubiera dado cuenta que no sientes lo mismo y se hubiera sentido pésimo pensando que lo hiciste por compromiso—

—¿Y cómo sabes todo eso?—Pregunté aún sumida en la angustia.

—Me ha pasado ya—Lo escuché decir con simpleza. Decidí dejar de culparme, según yo había hecho lo correcto.

Así que me levanté de ese pequeño banco y me agarré más fuerte el cabello—Gracias Thomas—Le agradecí girandome para verlo, entrando sus manos en sus bolsillos.

—No fue la gran cosa, pero—Se encogió de hombros cerrando la puerta de la oficina—Siempre es bien recibido un agradecimiento—

—¿Qué les dijeron ahí dentro?—Pregunté caminando por los pasillos aún con la mirada baja.

—Una hora de detención por "violencia y agresión verbal en la institución"—Subí la cabeza para evitar reir—Aquí tienen los castigos exageradamente clasificados si me permites decir—

—¿A Oliver le dieron lo mismo?—No pude evitar preguntar; a lo que en respuesta Thomas asintió en silencio.

—Deberías hablar con él y dejar las cosas claras—Dijo Thomas después de unos minutos.

—¿Y qué le digo? ¿Le vuelvo a remarcar que no estoy enamorada de él?—Negué con la cabeza aún observando el suelo—Prefiero evitar el tema por unos días, hasta que las cosas se calmen—

—Las cosas—Dijo haciendo comillas con las manos al hablar—No se van a calmar a menos que tú las calmes, dile que quieres que queden como amigos antes de que se vuelva incómodo y se terminen distanciado al igual que Rusia y Estados Unidos—

—No quiero perder su amistad tampoco, tienes razón Fidel—

—¿Fidel? ¿Ese es mi nuevo apodo Clinton?—Sonrió haciendo que yo sonriera.

—¿Cambiaste niña bonita por Clinton? Es un avance—Tampoco quería ignorar lo de Oliver, pero no quería que la tensión me consumiera y Thomas estaba ayudando a que no lo hiciera.

—¿Qué puedo decir?—Dijo por último antes de entrar en el salón, de inmediato busqué mi asiento con la mirada, como antes, Oliver estaba en el asiento de mí lado, esta vez con la cabeza apoyada de la mesa y Sabrina al lado.

Thomas me dió una mirada rápida y asintió cogiendo su mochila y sentándose en otro lugar, junto a Germán y Alejandra.

—¡Marc!—Traté de llamar su atención sentándome a su lado, Oliver subió la cabeza y se acomodó en su asiento, yo hice lo mismo.

—Ya lo pensé y...—Hablamos al mismo tiempo—¿Amigos?—Volvemos a decir al mismo tiempo logrando un silencio incómodo, Oliver estiró su mano en mi dirección, yo la estreché—Amigos—Volvimos a decir al mismo tiempo.

—¡Bonne nuit!—Dijo el profesor de francés de golpe despertando de su siesta, Oliver y yo después de darle una mirada confusa al igual que toda la clase, volvimos a mirarnos.

—¿Sigue en pie la salida al cine?—Oliver tardó en reaccionar, pero finalmente asintió.

—¿No le vas a decir? Ya sabe lo principal—Se unió Sabrina a la conversación, miré confundida a ambos—¿Decirme qué?—Pregunté yo está vez.

—La salida del cine era para decirte, ya sabes, que me gustas—Se rascó la nuca—Fue plan de las chicas, no me culpes a mí-Oliver miró a Sabrina, ella sólo se encogió de hombros.

Sonó el timbre despertando al profesor, otra vez—Nos vemos, copien lo de la pizarra que...—El profesor miró el pizarrón vacío—Olvídenlo—Dijo con su habitual tono cansado y frustrado—Nos vemos el martes—Cogió su maletín y se fue.

Todos ignoramos su ida volviendo a lo que hacíamos. Ese profesor está loco.

Al instante entró la profesora Sofía, ella impartía Educación artística-Hagan grupos-No bastaron dos segundo para que los grupos fueran formados y regados por el salón.

Por pura curiosidad voltee a ver el salón y noté que Thomas estaba solo así que lo invité al grupo en el que estaba con una seña, el moduló con la boca un ´¿Estás segura?´ A lo que yo asentí haciendo que él se levantara y llevara su silla hacia el grupo más grande del salón, nuestro grupo.

—¿Ya está todo bien?—Preguntó por lo bajo señalando con la mirada a Marc, asentí en modo de respuesta, el asintió también.

—¡Tom!—Thomas chocó los cinco con Abraham, quien al notar su presencia lo saludó, lo que produjo una cadena de bienvenidas y holas para Tom.

´Parece que Thomas ya es parte del grupo´

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