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Prólogo — Parte 2.

Parte 2 — Saya.

Mi último año de preparatoria comenzó con un inesperado evento el día de la ceremonia del inicio de clases. Mi mejor amigo, Toppe, estaba junto a mí en la plaza del instituto frente al edificio principal. Observábamos en silencio a todos los estudiantes nuevos desorientados que no encontraban a sus amigos.

Realmente no era algo divertido, pero tampoco es que hubiese algo más entretenido que hacer.

No había mucho que hacer aparte de esperar por las orientaciones de los maestros, así que mi vista vagaba por un lado u otro. Fue entonces que presencié aquello. Una chica lloraba en cuclillas con la mirada al suelo.

Realmente no tenía ninguna intención oculta en acercarme, pero lo hice. Cuando estaba a su lado me di cuenta de ello. La razón por la que fui donde estaba ella quizás fue solo mi instinto o alguna excusa ambigua como esa.

Eran sándwiches. La chica lloraba alrededor de los sándwiches desparramados en el suelo. Digo eso, pero en lugar de ser una comida, parecían solo ingredientes sueltos regados por el suelo.

Me di un momento para suspirar.

Pronto me agaché y empecé a recoger los desperdicios de comida en mis manos.

"¿E-Eh…?".

Un gemido de curiosidad y extrañeza salió de su boca. Al darse cuenta inmediatamente de las graciosas lágrimas en sus ojos se limpió con el dorso de sus manos. Era como ver la rabieta de un niño.

"¿Q-Quién eres?", dijo con cierto tono de agresividad.

Oye, señorita, está mal hablarle así a un bondadoso chico que te ayuda a limpiar tu desastre. Pero no era momento para bromas. Una primera impresión es importante.

"Solo te ayudo a limpiar tu desastre", dije en un inesperado dejo de desprecio. ¿Qué? Se suponía que me presentaría como un chico amable y educado…

"…".

"Perdón por eso. Soy Daken".

Ella guardó silencio mientras miraba los sándwiches cubiertos de tierra en mis manos. Lo que estaba pensando me era imposible saber.

"Disculpas. Ese era mi almuerzo, ahora no sé qué hacer…".

Por alguna razón su mirada culpable clavada en el suelo me pareció adorable. No. A decir verdad, ella era muy linda. Cabello castaño y una silueta saludable.

"¿Tienes dinero?", pregunté.

Bajó su cabeza aún más sin decir nada. Parecía realmente avergonzada, pero su estatura no ayudaba a dejar ver su rostro sonrojado.

"No puedes permitirte ser tan despreocupada, especialmente el primer día de clases", dije con voz severa, pero suave. O esa era mi intención.

Ella se encogía cada vez más. Si seguía así se haría bolita. No pude evitar sentir que la estaba regañando como un padre o algo así. Sonreí.

"No tienes por qué avergonzarte, yo ni siquiera sé cocinar".

Podía sonar tonto si la conversación giraba en torno a sándwiches, pero en realidad no era así. Claramente lo que los sándwiches llevarían en su interior fue preparado por separado minuciosamente.

"Si no estuviesen sucios, los comería para no tirarlos…".

Ella nuevamente se sobresaltó, como si hubiese tocado un nervio y ahora me miraba con una expresión que se torcía de vergüenza. Realmente linda. Era la primera vez que vía a una chica sonrojada por algo que dije.

"Doki doki".

"¿Eh?".

Desvió inmediatamente la mirada después de replicar con mi voz esa onomatopeya. ¿Habrá entendido eso?

Un momento de silencio nos invadió a ambos y me vi forzado a despegar mi mirada de tan adorable existencia por la incomodidad.

De repente, el llamado del director a todos los estudiantes se hizo oír por todo el campus de la escuela. Ambos cruzamos miradas en un momento de duda, y abrimos simultáneamente nuestras bocas-

"Entonces-".

"B-Bien-".

Nos interrumpimos mutuamente.

"Creo que es hora de despedirnos…".

"S-Sí".

Ella hizo una rápida reverencia y desapareció entre los demás estudiantes.

Toppe se acercó a mí y puso su mano en mi hombro.

"Lo estás haciendo bien, Daken".

"¿Te estás burlando de mí?".

"¿Te comerás eso?".

Aún en mis manos estaba un puñado de sándwiches no comestibles.

"Te lo meteré en la boca, idiota".

"Jajaja, no hay necesidad de ser agresivo".

"…".

"Ella era linda, ¿no?".

"¿…Lo era?".

La ceremonia comenzó y terminó. El director dijo unas palabras, los maestros fueron presentados y se habló de una profesora. Todos los chicos se conmocionaron y el evento terminó. Como yo estaba jugando con mi Smartphone no le di importancia.

Además, mi mente aún pensaba en lo que pasó hoy con esa chica.

No me dijo su nombre…

Todos los estudiantes fuimos a nuestras aulas después de ser orientados por los profesores y entonces pasó algo.

Estaba sentado en una silla del lado izquierdo del salón con Toppe detrás de mí cuando noté algo. En el otro extremo del lugar estaba una chica cabizbaja. Realmente no destacaba ni nada, pero eso era por su tan deprimente aura.

Oye, oye. No me digas que la "chica de los sándwiches" está en esta clase…

"¿Qué pasa, Daken?", preguntó Toppe con curiosidad después de ver mi cara.

Siguió mi vista y dio con lo que quería.

"Así que esa chica también está con nosotros, ¿eh? Ciertamente es muy linda".

Aunque Toppe daba la impresión de ser un tipo asqueroso que pasaba el rato viendo y calificando chicas, no era así. Realmente no había nada que destacar de él, pero francamente era guapo.

Por cierto, Toppe es solo un apodo, en realidad se llama Tobe.

"Esta es tu oportunidad dorada, Daken".

"No digas estupideces. La primera impresión que tuvo de mí no fue especialmente buena".

"Sí, sí, lo que tú digas".

Durante toda la clase pasé absorto en mis pensamientos y no pude evitar dejar de mirar a la cada vez más deprimente chica. Parecía que no había superado lo de antes y que en cualquier momento lloraría de decepción.

La hora del almuerzo llegó y todos los estudiantes salieron acompañados con sus amigos rumbo a comprar su almuerzo, pero la chica-sándwich se quedó en su asiento sin siquiera plantearse el ir a comprar algo.

"Daken, ¿nos vamos?".

"¿Eh? Sí".

"¿Planeabas invitarla a comer?".

"…Sí… pero no tengo las agallas, así que solo compraré algo y se lo llevaré. Me sabe mal verla así", dije.

"¿Así que esa es tu forma de llegar a su corazón? ¿No es el método de una chica llegar al corazón de su amado por medio de su estómago?".

"No me malinterpretes. Piensa en su lugar que soy muy amable".

"Me sorprende la cantidad de excusas que dices…".

Solo quiero ser amable…

Aunque a mí también me sorprende.

"Hey".

De un brinco, la sandwich-girl, se sobresaltó al escuchar mi voz… O quizás al escuchar el llamado de alguien, que es diferente.

Levantó su cabeza, que estaba apoyada en sus brazos como almohadas. Su piel se notaba pálida, esto a pesar de ser de color clara.

Su mirada distante rápidamente cambió a una de interés después de ver lo que llevaba en mis manos. Sus ojos se centraron en la bolsa plástica con un sándwich en su interior que sostenía.

"¿Q-Qué sucede?".

Su cabello estaba algo desordenado y su frente roja. Estaba durmiendo. De su boca salía baba, aunque no podía decir bien si era de hambre o de sueño.

"Te estoy regalando esto".

Sus ojos bailaron con sorpresa e indecisión.

"¿Por qué harías algo como eso?".

"No podía dejarte así después de ver el lamentable suceso de hoy".

"¡! Tú eras… ¿D-Daken?".

"Me sorprende que recordaras mi nombre".

"¿De verdad me lo r-regalarás?", dijo mientras deglutía con prisa.

"Eso es. Por favor, tómalo".

"¡C-Con gusto! ¡Se agradece!".

Dijo con desesperación y procedió a romper el empaque de los sándwiches como una bestia, pero se detuvo en seco. Parece que se dio cuenta que debería actuar más educadamente.

Aun así, mordió rápidamente el pan, masticó y tragó. Sus mejillas estaban llenas, como las de una ardilla.

Mientras comía, inintencionadamente mi mirada vagó por las suaves y delicadas facciones de su cara. Era linda. Toppe no se equivocaba, aunque ya lo sabía. Su cabello castaño claro similar al dorado se balanceaba con ella y sus ojos mostraban deleite. Realmente disfruta comer, eh.

Era como el tipo de personaje femenino glotón, sin embargo, su forma de comer, aunque apurada, era educada. Sus modales estaban ahí.

En un santiamén había acabado con lo que tenía en sus manos y luego dirigió a mí una mirada de perrito. Oye, oye, soy débil ante esas cosas. ¿Su objetivo? Está claro que pedía algo de beber, especialmente cuando intercalaba la mirada entre mis ojos y el jugo de lata en mi mano.

"Aquí".

"¡Gdasiash!".

Bebió el jugo tan rápido como se lo di.

"¡Puah~!".

Se le veía satisfecha.

"Realmente, gracias por eso, Daken, te debo una".

"Jeje, no hay nece-".

"¡Ya sé! ¿Quieres probar mi cocina? Puedo prepararte algo mañana".

Su radiante rostro resplandecía, realmente era una mujer nueva. Volviendo a lo anterior, ¿la cocina de una chica? Eso suena genial. Desearía probar su comida casera.

"¿Te parece bien?", dije, hay que ser modestos en ocasiones, no te desesperes.

"¡Me has salvado, es lo mejor que puedo hacer!".

"E-Entonces, está bien".

Creo que accedí demasiado rápido. ¿Sonaré desesperado? Más importante, ¡esta chica está muy cerca de mí! Su rostro está a pocos centímetros, casi puedo contar sus pestañas. ¡Graba esos hermosos ojos en tu retina!

"Daken, ¿no? Soy Saya, un gusto".

Tomó mis manos con las suyas sin separarse un milímetro y me atravesó los ojos con su determinada mirada. Claramente está invadiendo mi espacio personal, pero como no me disgusta, no me quejaré.

"E-El gusto es mío, Saya".

Ella sonrió, sus hermosos labios rosados se curvaron.

Mi corazón corrió como loco por un buen rato después de eso.

Al terminar la clase, un maestro anunció que la estudiante de nombre Saya se había equivocado de clase y se iría.

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